El Salvador: aumenta el rechazo a la construcción de una cárcel en la Amazonía

Una de las participantes en la protesta, Mélida Aguinda, aseguró que existe miedo ante lo que pueda traer la cárcel para las comunidades locales y para los jóvenes. "No queremos una cárcel, queremos repotenciar el turismo, infraestructura, escuela, carreteras y hospitales".

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Lo que pareció ser un protesta aislada contra la idea de Daniel Noboa de construir una cárcel en la Amazonía ecuatoriana se está convirtiendo en una severa traba para el Gobierno.

Más de tres mil personas se apostaron la obra proyectada en Archidona, en la provincia de Napo, el jueves y continuó este viernes 13 de diciembre. Pese a que apenas es el tercer día de protestas, la movilización fue convocada desde el 3 de noviembre por miembros de la sociedad civil organizada quienes llamarán a una protesta mayor y no descartan aplicar el bloqueos en torno a la urbe.

A estas protestas se unieron grupos indígenas que también rechazan la construcción de dos cárceles de máxima seguridad en la Amazonía.

Las protestas tomaron fuerza luego de que Daniel Noboa anunciara la construcción de las dos cárceles ya adjudicadas a empresas para iniciar con la obra.

Este viernes, la movilización apunta a la plaza principal de Archidona para protestar frente a la Gobernación (Delegación del Gobierno de Napo). El Gobierno local desplegó fuerzas policiales y militares.

No se descarta que el conflicto vaya tornándose más complejo debido al aumento de la tensión social que ya han chocado con las fuerzas policiales.

“No a la cárcel, no a la cárcel”, es la frase más común que se muestra en las calles de Napo, la localidad donde se construirán las dos cárceles.

“Esta es una lucha del pueblo y de la ciudadanía porque no queremos la cárcel, queremos la vida y la paz”, señaló durante la asamblea la alcaldesa de Archidona, Amanda Grefa.

“Cárceles no, escuelas y hospitales sí”

Los que se oponen a la construcción de las cárceles prefieren que el Ejecutivo ecuatoriano invierta en las construcción de escueles.

Una de las participantes en la protesta, Mélida Aguinda, aseguró que existe miedo ante lo que pueda traer la cárcel para las comunidades locales y para los jóvenes. “No queremos una cárcel, queremos repotenciar el turismo, infraestructura, escuela, carreteras y hospitales”, expresó.

Los manifestantes denunciaron que la Amazonía es una de las regiones de Ecuador más abandonadas en un país donde una de las mayores riquezas es la diversidad biológica.

También exigen que el Gobierno se concentre en potencial el turismo como un medio de sustento local con incidencia económica nacional.

Por su parte, los pueblos indígenas denunciaron que la construcción de la cárcel no fue consultado a los que viven en la Amazonía: los indígenas.

Ambas cárceles han sido presupuestadas por cerca de 52 millones de dólares.

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