En el Delta niños mueren de diarrea por consumir agua no apta, según informe

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Un poco más de 80.000 personas, equivalentes a un 50% de los habitantes del estado Delta Amacuro, acceden apenas a una comida al día, según estudio realizado por la Asociación Civil Kape Kape.

La evaluación arrojó como resultado que el 23.3% de los hogares presenta seguridad alimentaria, el 24,2% registró inseguridad alimentaria leve, mientras que el 20,8% inseguridad alimentaria moderada y el 31,7% de los hogares encuestados se encuentran en inseguridad alimentaria severa.

Sumando los dos últimos porcentajes, se concluye que el 52,5%, es decir, uno de cada dos hogares en Delta Amacuro, presenta inseguridad alimentaria severa.

Estas cifras las dio a conocer José Naveda, promotor bilingüe de la Asociación Civil Kape Kape y activista de los derechos humanos de los pueblos indígena, este martes 18 de octubre durante una entrevista en el programa En Esta País que transmite Radio Fe y Alegría Noticias.

Naveda añadió que este estudio dejó en evidencia que la mitad de los hogares indígenas consultados tiene comprometida tanto la calidad, como la variedad de los alimentos.

El estudio también arrojó altos niveles de desempleo, destacando que, quien trabaja de manera formal, devenga salario mínimo, impidiendo acceder a todos los productos de la canasta básica.  

De acuerdo con el estudio, la desnutrición que afrontan los residentes de las comunidades indígenas es grave.

Sin servicios básicos

Por más de 20 años los residentes de las comunidades indígenas en Delta Amacuro han padecido por las deficiencias de los servicios básicos, como agua potable, alimentación, electricidad, transporte, salud e internet. “Un gran porcentaje de la población consumen agua del rio; sus habitantes reportan la muerte de niños a causa de enfermedades estomacales como diarrea y vómito”.

Asimismo, Delta Amacuro solo cuenta con una ambulancia fluvial gracias al apoyo de la Unicef. Mientras tanto, el hospital flotante se traslada hacia las comunidades fluviales más remotas de la entidad.

“Las comunidades no cuentan con transporte fluvial, muchos se trasladan  a remo y en canoa, tardando hasta seis días para llegar de un destino a otro”, dijo.

En relación a la energía eléctrica, la mayoría de la población no cuenta con servicio eléctrico desde hace más de 15 años.

En materia de salud, Naveda reconoció que el Gobierno nacional lleva adelante las jornadas de vacunación y operativos médicos; sin embargo, es sólo un paliativo.  

El arco minero

Desde el 2012 los territorios indígenas que se verían afectados por la puesta en marcha de la explotación del arco minero están en “alerta”.

Sin embargo, en 2016, cuando se pone en marcha la «Zona de Desarrollo Estratégico Nacional Arco Minero del Orinoco», que abarca más de 111.000 km2, creció la tensión por el impacto negativo que iba a generar este proyecto.

En la actualidad, este proyecto afecta a los pueblos indígenas: “la fiebre del oro no afecta solo a los residentes, sino toda su habita, la flora, fauna, los ríos, invasión de grupos irregulares; se trata de una resistencia que afrontan a diarios los pueblos originarios”.