Energías limpias: una utopía en Venezuela

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El parque eólico de la Guajira poco a poco ha sido desmantelado por personas que se llevan el cableado, los postes, hasta los techos del comando militar que lo "custodiaba". Foto: @LDanieri.

En 2006, el entonces presidente fallecido Hugo Chávez hizo un guiño a la generación de energías limpias en Venezuela inaugurando el programa «Sembrando Luz», con el que pretendía incentivar la producción de energías no fósiles.

Luego, en 2010, durante una visita a la empresa Enercon, una de las principales fabricantes de aerogeneradores de energía eólica en Portugal, dijo sobre las energías limpias: «es la energía del futuro y nosotros queremos tenerla en Venezuela».

Los combustibles fósiles son el recurso formado a partir de materia orgánica más accesible para la civilización, pero es más dañino para el planeta Tierra. Por su alta contaminación, el mundo avanzó hacia la llamada revolución verde.

Es por ello que bajo el fundamento de proteger al planeta se enmarca la agenda 2030 de las Naciones Unidas con el objetivo de, entre otras cosas, disminuir el uso de emisiones de gases de efecto invernadero. De allí surge el compromiso que tienen los países por garantizar energía accesible y no contaminante.

«Para garantizar acceso universal a electricidad asequible en 2030, es necesario invertir en fuentes de energía limpia, como la solar, eólica y térmica», se puede leer en el Objetivo 7 de la agenda.

Pero el plan del Gobierno de Chávez, y su sucesor Nicolás Maduro, quedó en promesas, a pesar de que Venezuela tiene un gran potencial para la generación de energías limpias, según el mapa solar y eólico del Atlas Global de Energía Renovable (Irena) e ingenieros expertos en el tema.

Parque Eólico de la Guajira y otros cuentos

Venezuela invirtió alrededor de 420 millones de dólares para la creación del Parque Eólico de la Guajira y el de Paraguaná. De esa inversión, hoy lo que queda es una estructura sin terminar y unos generadores de turbina de viento que han sido cazados por el hampa con el pasar del tiempo.

Con vientos estables y constantes de alta velocidad dotan a la región Guajira de un potencial de aprovechamiento a nivel suramericano, resaltó Alejandro López González, ingeniero electricista con doctorado en Sostenibilidad. Sin embargo, esto no ocurre.

La primera fase del Parque Eólico de la Guajira costó 200 millones de dólares para generar energía eléctrica con tecnología ambientalmente sostenible para el municipio indígena más poblado del país (75.000 habitantes de las etnias wayúu y añú). Imagen: Transparencia Venezuela.

Con el proyecto de la Guajira se pretendía alcanzar los 10 mil megavatios (MW) entre 5 a 10 años. Ya han ocurrido 8 años y ni un solo megavatio se produce en esa zona.

«La problemática del Parque Eólico de la Guajira fue que se otorgaron contratos a una única empresa que no era la más adecuada. Una empresa, que aunque tenía la capacidad técnica inicial, apostó por tecnologías dentro de la tecnología eólica que no eran las más pertinentes para los venezolanos», indicó Lopéz González.

«Desde un primer momento estaba condenado al fracaso», dijo el ingeniero electricista sobre el Parque Eólico de la Guajira, quien explicó que nunca existió una evaluación, un diagnóstico y plan de desarrollo eficiente.

Las obras fueron abandonadas en 2016 luego de instalarse tres años antes las primeras 12 turbinas aerogeneradoras y por ello el complejo no produce ni siquiera un solo megavatio a la fecha actual, aun cuando estaba previsto que aportara 25,2 MW en su primera etapa a la zona económica y socialmente más deprimida del occidente venezolano. Imagen: Transparencia Venezuela.

«Esto no se evaluó. Este tipo de sistema no fue consultado, sino que la decisión se dio en la alta esfera política entre pactos intergubernamentales, fundamentalmente entre las presidencias de la República venezolana y la República Argentina», manifestó. 

López González resaltó que la tecnología eólica no es un fracaso, sino que lo que llevó al fallo del parque fue el hecho de que era un proyecto «mal planteado con muchas irregularidades», y que posteriormente un grupo de ingenieros denunció públicamente. 

«En mi caso se metieron diferentes informes al ministro del Poder Popular para la Energía Eléctrica, en aquel entonces el ingeniero Jesse Chacón Escamillo, quien hizo caso omiso a todas las observaciones técnicas que se realizaron sobre las desviaciones que definitivamente iban a conducir al fracaso del proyecto si no se toman medidas oportunas», denunció.

López no es el único que criticó el proyecto, pese a que era una idea muy buena. Toda base práctica está respaldada por una explicación teórica verificable, pero esto no pasó en Venezuela.

Según señaló el ingeniero Luis Cabrera, la ingeniería aplicada no fue calculada en este proyecto.

«La altura de los generadores, respecto a la velocidad del viento, no fue calculada para que esos generadores pudiesen dar la energía correspondiente a la zona donde ella iba a ser conectada», explicó a Radio Fe y Alegría Noticias.

Vista a los generados al pasar por la Guajira. Foto: María Elena Parra

«Cuando se inicia el proyecto de los parques eólicos estaba el ministro Jesse Chacón. Hay pruebas de que ese sujeto generó grandes saqueos dentro del Sistema Eléctrico Nacional. Los desastres empezaron casualmente en su gestión. Todo lo que es el sistema de distribución generación y transmisión empezó a generar grandes problemas en el país», comentó.

«Todos los proyectos, todas las obras, espacios de manejo del sistema eléctrico pasaban por ese poder central y ellos se encargaban de generar los saqueos a través de la corrupción, desviar fondos y recursos para que las obras no sé ejecutarán en pro y el beneficio de los ciudadanos», agregó.

Los que sufren las consecuencias 

La Guajira es de las zonas más afectadas del país por los cortes en el servicio eléctrico, los habitantes pasan horas o días «sin luz» y sin cobertura telefónica para poder comunicarse.

Según dijo Mary González, quien su familia vive a metros del Parque Eólico, a mediados del 2021 visitó a sus hermanos y pudo constatar que la infraestructura fue desvalijada. 

«No queda gran cosa», expresó González a Radio Fe y Alegría Noticias, al tiempo que aseguró que personas estarían hurtando lo poco que queda.

Su sobrina, Yexi Paola Guerra, habitante de la Guajira que vive a cinco «caseríos» del lugar, dijo que los generados han sido desmontados y hay casos de personas detenidas por distintas razones. 

«No conviene que se sepa la inversión grande que se hizo para dejarla a medias», contó.

Comunicarse con Yexi Guerra fue para Radio Fe y Alegría Noticias muy difícil. Si no era porque no había servicio eléctrico, era la falla en las comunicaciones.

La joven tuvo que caminar kilómetros hasta llegar a un pueblo donde sí había cobertura porque los datos tampoco funcionan.

«Estar allá es un desierto. Los salva tener Wi-fi, pero es el tiempo que se está más sin línea que con línea, por eso le toca caminar hasta el pueblo», indicó su tía explicando a su vez por qué vive desde hace años en Maracaibo.

En 2018 salió a la luz el desastre

Un proyecto que hace años intentaba encender cada bombillo en la Guajira a base de energías limpias producida en Venezuela, ahora solo es penumbras.

De hecho, en octubre de 2018, el exministro de energía eléctrica, Luis Motta Domínguez, inspeccionó el parque y concluyó que el 80% del material estratégico se perdió.

«El parque fue completamente desvalijado. De los 12 aerogeneradores hay la posibilidad de recuperar de forma inmediata cuatro, con los otros se debe hacer una evaluación más profunda de los daños sufridos», indicó Motta Domínguez para la fecha.

Según afirmó Jesús Urbina, coordinador de Transparencia Venezuela capítulo Zulia, en 2016, las instalaciones del Parque Eólico, ya sin funcionamiento, se convirtieron en una obra abandonada.

En la imagen de la izquierda se aprecia a una de las turbinas del Parque Eólico de la Guajira en enero de 2019, en la imagen de la derecha se observa la destrucción de esta misma turbina para septiembre de 2020. Foto: Transparencia Venezuela.

En 2018 se empezó a observar cómo fueron desvalijadas progresivamente para comerciar sus componentes como chatarra. «Una situación inexplicable, pues en el sitio había una estación de control de Corpoelec y un puesto de vigilancia de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana», detalló a Radio Fe y Alegría Noticias.

El Parque Eólico de la Guajira, una infraestructura para la generación de energías limpias, formó parte del Plan de Desarrollo del Sistema Eléctrico Nacional (SEN) de Venezuela en 2005. El contrato de construcción de la fase 1A (con 12 turbinas) se suscribió en 2011 entre Corpoelec y la empresa argentina Impsa.

Venezuela desembolsó 220 millones de dólares para construir este Parque Eólico donde se incluía 36 unidades que aportarían 75,6MW, pero fueron instaladas 12 para la producción de 2,1MW de generación cada una, esto para atender el consumo de electricidad doméstica y pública de un municipio con aproximadamente 75 mil habitantes de las etnias wayúu y añú.

«Las siguientes dos etapas (24 aerogeneradores) jamás se construyeron», explicó Urbina.

El Parque Eólico de la Guajira funcionó parcialmente por poco más de un año, desde abril de 2013. Para 2014 sólo 8 unidades operaban durante algunas horas al día.

Aunque el presidente Nicolás Maduro visitó el parque en su primer periodo de gobierno y aprobó 178 millones de dólares para desarrollar la fase 1B, no hubo cambio alguno.

Parque Eólico de Paraguaná

La realidad del parque en la Guajira no es distinta a la de Paraguaná.

El ingeniero Kenneth Rosillón, también coordinador del Centro de Innovación y emprendimiento del Instituto de Gerencia y Estrategia del Zulia, aseguró a Radio Fe y Alegría Noticias que el Parque Eólico de Paraguaná, ubicado en los Teques, estado Falcón, en la actualidad está totalmente paralizado. 

Se tenía una proyección igual al de la Guajira y aunque no está operativo, se podría recuperar más pronto y de una manera más accesible, ya que «está en mejores condiciones dado que no ha sufrido de hurtos o vandalismo».

Se necesitaría un 30% de la inversión inicial para culminar dichas etapas ya instaladas y proseguir con el restante de las mismas.

En mayo de 2019, Petróleos de Venezuela (Pdvsa) afirmó que reactivaría 14 aerogeneradores del Parque Eólico de Paraguaná para suministrar energía eléctrica al Centro de Refinación Paraguaná (CRP) y a comunidades aledañas.

«El Parque Eólico de Paraguaná (PEP) inició una nueva etapa de operaciones apuntando al fortalecimiento eléctrico regional con una fuerza laboral propia que ha logrado reactivar la producción de 14 aerogeneradores, bajo la responsabilidad de Petróleos de Venezuela (Pdvsa), Centro de Refinación Paraguaná (CRP)», apuntó PDVSA en una nota de prensa, sin embargo hasta la fecha de publicación de este trabajo periodístico aún no se ha reactivado el Parque Eólico de Paraguaná.

¿Cuánto costaría salvar los parques?

Rosillón estima que se necesitaría entre un 40 y 60% de los más de 400 millones de dólares invertidos para recuperar ambos parques eólicos.

Con un sistema eléctrico fallando por falta de inversión, sería complicado que Venezuela pueda destinar el presupuesto necesario.

Una opción que ve viable el ingeniero Luis Cabrera es la reinversión de la cooperación internacional. 

La forma de salvar los parques debe estar basada en convenios con compañías que tengan proyectos en el país y busquen soluciones.

Se vuelve una utopía

Venezuela figura casi de último en la lista mundial de los países en avances hacia las energías renovables, acotó el ingeniero Rosillón. 

Si no ocurre una inversión, si las empresas privadas con especialistas no se unen al proyecto, si a nivel internacional no hay interés, se vuelve una utopía que Venezuela pueda proveer de energías limpias al sistema eléctrico.

«Desde el Sistema Eléctrico Nacional se mueve la producción del país, la comercialización, todo el sector productor, absolutamente todo el motor. Sin electricidad no hay absolutamente nada, no hay transporte, no hay combustible, operatividad. Mientras se mantenga devastado entre averías y fluctuaciones, el sistema seguirá en decadencia, guindando de la cuerda floja», reflexionó Luis Cabrera.

Además del proyecto de la Guajira y Paraguaná, el Gobierno aseguró desarrollar otros más pequeños en Costa de Sucre, Nueva Esparta, Los Roques, La Tortuga, La Orchila, Los Monjes y La Blanquilla. En algunos ya hay generadores, pero no sirven.

Lo que en su momento pareció ser un paso importante hacia la generación de energías limpias en Venezuela se convirtió en blanco de especulaciones y señalamientos de corrupción. Todas las naciones del mundo deben hacer mucho más, y de inmediato, para prevenir un aumento catastrófico de las temperaturas en el planeta. El tiempo se agota para convertir las utopías en realidades y así salvar el futuro inmediato de la humanidad.