En esta entrevista con Radio Fe y Alegría Noticias, Alejandro Armas Díaz compartió su evaluación de la campaña política de los líderes opositores, quienes según él se han enfocado excesivamente en aspectos secundarios, como la trayectoria administrativa de los precandidatos o propuestas de gobierno, en lugar de priorizar la defensa del voto en el contexto venezolano.
Igualmente, reflexionó sobre la unidad dentro de la oposición, analizó las renuncias en el Consejo Nacional Electoral (CNE), abordó las posibilidades reales de un cambio político en Venezuela y habló sobre la relevancia de la comunidad internacional en este escenario electoral.
El analista político fue contundente al decir que los candidatos de la primaria deben entender que, mientras el chavismo esté en el poder, tienen dos opciones: plegarse al sistema o ser eternos disidentes. En este sentido, consideró fundamental maximizar la oportunidad de cambio político y evitar sabotearse mutuamente.
¿Cuál es tu evaluación hasta ahora de la campaña política de los líderes opositores que se postularon a las primarias?
Me parece que las campañas de las primarias se han enfocado en exceso en la trayectoria administrativa previa, propuestas de programa de gobierno y personalidades de los precandidatos. No es que esto sea irrelevante, pero sí es secundario, porque hablamos de elecciones en un contexto autoritario.
Lo más importante es tener un plan para defender el voto en caso de que el chavismo desconozca un resultado desfavorable, como ha hecho antes (por ejemplo, anulando de facto la Asamblea Nacional electa en 2015).
¿Cómo se puede lograr la unidad y cohesión dentro de la oposición para enfrentar a Maduro en las elecciones presidenciales?
Creo que los aspirantes a la candidatura opositora deben entender que, mientras el chavismo gobierne, pueden plegársele y ser otros vividores del sistema, o ser los eternos disidentes que nunca llegan al poder y viven entre agresiones, encarcelamientos, exilios, etc.
Si depositaron su fe en las próximas elecciones como oportunidad para lograr el cambio político, deberían maximizar tal oportunidad y evitar sabotearse entre ellos. Si son incapaces de hacerlo por ideales abstractos, pues que al menos que lo hagan pensando en su propio futuro político.
¿Crees que los candidatos perdedores de las primarias acepten apoyar al ganador?
No voy a decir que lo descarto del todo, pero no creo que un perdedor de la primaria se atreva a rechazar al ganador. Sería perder capital político al alienar al sector de la población que participará en las primarias y que repudiará cualquier intento de debilitar la candidatura que de ella emerja. Eso, asumiendo que la primaria sea ordenada. Porque si se vuelve un caos, puede que uno o varios precandidatos cuestionen el resultado apuntando hacia las irregularidades que haya habido.
¿Qué lectura se le puede dar a la reciente renuncia de los rectores del Consejo Nacional Electoral?
Creo que es muy temprano todavía para saber con certeza qué busca el chavismo cambiando forzosamente el CNE.
Existe la posibilidad de que quiera un nuevo ente, negociado con la oposición, que sí sea un árbitro y no un brazo electoral del Partido Socialista Unido de Venezuela (Psuv), pero la veo muy remota.
Más probable es que quiera con los reemplazos recompensar a la “oposición” que está presente en la AN y que colabora con el chavismo. De hecho, a ese sector se le dio representación en el Comité de Postulaciones Electorales.
O, tal vez, el chavismo simplemente ordenó los cambios para tratar de torpedear la primaria opositora, exacerbando la tensión entre facciones que querían la participación del CNE y los que no la querían. Ahí están Primero Justicia y Un Nuevo Tiempo poniendo “peros” luego de que la Comisión Nacional de Primaria decidiera organizar por cuenta propia la elección interna.
¿Un adelanto de elecciones presidenciales en Venezuela, como ha insinuado Nicolás Maduro en algunas ocasiones, sería un jaque mate para la oposición?
“Jaque mate” es el fin del juego, y yo no diría que ese sería el caso con elecciones adelantadas, pero sí pondría a la oposición en jaque, a secas. Es decir, en una situación extremadamente difícil.
El tiempo es enemigo de la oposición y aquel recurso lo haría peor aún. Menos tiempo para planificar todo lo que los adversarios del gobierno necesitan para tener éxito. Sobre todo la ya aludida estrategia electoral para un contexto antidemocrático.
¿Cuáles crees que son las posibilidades reales de que la oposición pueda hacerle frente y ganarle al Gobierno en unas elecciones presidenciales?
El éxito de la oposición depende, a mi juicio, de que presente a la población un plan convincente de acciones, acorde con nuestra situación política. Hay mucha frustración entre los ciudadanos por la noción de que el chavismo ha desechado antes el voto opositor ganador. Entonces, la dirigencia opositora tiene que persuadir a la gente de que esta vez será distinto.
Pero defender el voto exige a su vez movilización ciudadana, protesta y hay mucho miedo a eso, por la represión vista en 2014 y 2017. De manera que el reto de la oposición de volver a entusiasmar a la gente en esa dirección es inmenso.
¿Por qué razón considera que el futuro político, económico y social en Venezuela a corto y mediano plazo no es alentador?
Mi pesimismo se debe a que, como ya dije, no veo a la oposición dando prioridad a lo más relevante para que las elecciones sean el catalizador de un cambio político en Venezuela. Y sin cambio político, veo extremadamente improbable que haya una recuperación económica y social inclusiva. La élite chavista ya ha dado muestras de sobra de que eso no le interesa. Tal vez ni siquiera tenga la capacidad para lograrlo. En el mejor de los casos, nos quedaremos como ahora. O sea, sin problemas de inflación y escasez tan graves como en 2016-2018, pero con una economía enana y mediocre, en la que solo unos pocos (sobre todo aquellos bien conectados con el gobierno) prosperan, mientras que las masas se quedan atrapadas en una pobreza abismal.
¿Qué posición debería jugar la comunidad internacional en este escenario tanto de primarias como de elecciones presidenciales?
Si quieren seguir ayudando a Venezuela, las democracias del mundo (no espero nada de otros regímenes híbridos o autoritarios) deberían estar atentos al desarrollo de las primarias y de la elección general. Tienen que ofrecer incentivos al gobierno.
Si ven que hay mejoras en las condiciones electorales, pueden reducir las sanciones que pesan sobre la élite gobernante y sus mecanismos de generación de riqueza. Si ven nuevos atropellos autoritarios, pueden buscar formas de hacer las sanciones que ya hay más efectivas, combatiendo los mecanismos de evasión. Hablo, por supuesto, de Estados Unidos. Pero si más países se sumaran, la presión internacional sería más efectiva.
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