Para el escritor y codirector de Círculo Amarillo, Lizandro Samuel, la industria, movilidad o circuito literario “se ahogó como pasó con todo en Venezuela”.
En entrevista con Radio Fe y Alegría Noticias, explicó que el acceso limitado a libros físicos y el cierre progresivo de espacios culturales, como las librerías, creó un escenario complejo para la difusión de la literatura.
Frente a este panorama, tanto los escritores consolidados como aquellos que están comenzando sus carreras, han visto limitadas sus oportunidades de publicación, premios y reconocimientos.
Asimismo, consideró que cuando una sociedad carece de espacios para el ocio —los cuales son una válvula de escape— tiende a ser más propensa a la frustración y a ser menos agradable, lo cual afecta su desarrollo humano y cognitivo, a la vez que deteriora su salud mental.
¿Qué te motivó a dedicarte a la escritura?
Desde niño, mi madre me dedicaba todas las noches a la lectura antes de dormir, y era una de las actividades más placenteras de mi día. Uno de los momentos de mi infancia que recuerdo con mayor orgullo, fue cuando leí mi primera novela por cuenta propia, cuando tenía tan solo 8 años.
Desde que aprendí a escribir, aproximadamente a los cinco o seis años, he estado contando historias. Me di cuenta que tenía el poder de que me prestaran atención, y era como un encantador de serpientes. En aquel entonces, mi familia, por supuesto, se detenía a escucharme y se veían conmovidos, entretenidos o simplemente divertidos con las historias que construía.
A partir de ese momento, me apasiona, me encanta y es básicamente el norte y el centro de mi vida.
¿Cuáles temas son recurrentes en tus obras y por qué te sientes atraído hacia ellos?
En principio, una de las cuestiones que más me obsesionaba era el tema de las relaciones de pareja, quizás debido a mi infancia marcada por un entorno de vínculos sentimentales que fracasaban, eran de personas insatisfechas o tenían finales desagradables. Siempre me llamó la atención todo lo que ocurre en una relación sexo-afectiva.
A medida que crecí y me desenvolví en las difíciles condiciones de Venezuela, comencé a interesarme por la resiliencia, influenciado por mi entorno.
Sin embargo, hay algo menos evidente que me apasiona y que, aunque no lo expreso tanto cuando me preguntan por mis intereses, está presente en mi narrativa: la violencia. Crecer en un país extremadamente violento cuando soy una persona, por naturaleza, muy tranquila.
En el fondo, lo que quiero es estar encerrado leyendo y compartiendo con mis seres queridos. Desde mi infancia, anhelaba una vida tranquila, pero me ha tocado vivir en un entorno y país muy violentos. Entonces, hay una pulsión en mi narrativa que me llama hacia la violencia y la agresividad, buscando entenderlas. Hay como una fascinación un tanto inconsciente por escenas que logran tener esa suerte de belleza brutal y salvaje, y eso me seduce.
Por último, me atrae la vida de personas particulares, aquellos que logran construir vidas admirables y respetadas, pero que en un principio enfrentaron miradas de sospecha, rechazo o condescendencia al plantear sus metas. Me refiero a artistas, deportistas, e incluso humoristas que se dedican profesionalmente a estas disciplinas.
Son vidas que me llaman mucho la atención por la constancia que hay que tener, la disciplina, la pasión y por cómo utilizan la pasión para transformarse a sí mismos, impactar en los demás y hacer de esta pasión lo más importante en sus vidas.
La mayoría de las personas que conozco, y creo que esto es común en la sociedad occidental, eligen una profesión basada en sus circunstancias y creen que esa profesión les brindará la remuneración económica para lograr la vida que desean.
Para muchos, la vida placentera, satisfactoria y gratificante sucede fuera del trabajo, a pesar de que la mayoría de nosotros pasamos la mayor parte de nuestros años trabajando, por eso me atrae la pasión, tenacidad y compromiso necesarios para convertir aquello que amas en tu principal fuente de ingresos.
Creo que hay historias muy atractivas, muy ‘sexys’, cuando se revisa la biografía de atletas, de artistas y otro tipo de figuras. He escrito numerosos perfiles sobre personas que encajan en estos ámbitos, y es un tema que está dentro de mi línea de trabajo.
¿Cuáles consideras que son los mayores desafíos que enfrenta actualmente un escritor joven en Venezuela?
Las posibilidades de lograr visibilidad y hacer una vida u oficio en la literatura, tanto desde el punto de vista remunerado como en algo en lo que, digamos, tengas una trayectoria y visibilidad, son independientes del dinero que puedas cosechar. El problema es que la industria cultural en Venezuela está totalmente destruida.
La circulación de las obras artísticas disminuyó muchísimo en el país y la industria editorial se destruyó por completo. La industria, movilidad o circuito literario quebró, se ahogó como pasó con todo en Venezuela.
Los escritores que ya estaban consolidados dentro de lo que era la escena venezolana puede que estén encontrando algunos espacios fuera de Venezuela y que estén tratando de hacer cosas en el extranjero. Tampoco es que, desafortunadamente, tengamos muchos autores venezolanos que estén cosechando lectores y triunfando en el mercado internacional.
Aquellos que iban en viaje de consolidación se les frenó un poco en seco el camino y los que estábamos empezando, básicamente, desaparecieron muchas ventanas. Incluso veo a autores más jóvenes que yo que no tienen espacios para expresarse, para publicar, para ganar premios. Hay dos o tres concursos nada más en el país, hace 15 años había entre 20 y 30 concursos.
No hay editoriales o las pocas que hay no están animadas a arriesgarse, funcionan bajo un sistema de ‘tienes que pagar para publicar’ o están buscando financiamiento de oenegés u otro tipo de instituciones para posicionar libros sobre ciertos temas.
No hay un ambiente en el cual insertarse e ir construyendo tu carrera como escritor. Hay muchas iniciativas individuales y particulares, como yo mismo, junto con Blanca Hurtado Nederr desde Círculo Amarillo, qnue estamos trabajando para ir construyendo e ir haciendo industria, está todo bastante incipiente y muy verde aún. Los mayores desafíos que enfrenta actualmente un escritor joven en Venezuela es la ausencia de estructura para poder ejercer su oficio.
¿Qué impacto tiene para el país no tener suficiente acceso a libros físicos y el cierre de espacios culturales como las librerías?
En primer lugar, existe una realidad innegable: el cierre de las librerías, que es una situación nacional. A nivel mundial, también es una realidad que las librerías en casi todas partes del mundo están en peligro como negocio y como espacios físicos. Amazon ha sido un golpe muy fuerte, ya que hoy en día mucha gente opta por comprar libros en papel de forma online.
Además, es verdad que en Venezuela no hay suficiente acceso a libros en papel y tampoco hay novedades editoriales, existen diversas iniciativas que regalan libros, sobre todo en Caracas, ofreciendo libros usados a precios reducidos, pero a veces estos no son los libros deseados por el lector en ese momento específico, o pueden encontrarse en condiciones no óptimas.
He visitado sitios en el interior de Venezuela donde la ausencia de librerías es evidente. En pueblos con una población de 10.000 o 15.000 habitantes, resulta extremadamente difícil encontrar a alguien interesado en la lectura o informado sobre literatura más allá del entretenimiento superficial que se encuentra en las redes e internet.
Por lo tanto, hay un grave problema relacionado con la difusión cultural. Este problema no solo refleja cómo se entendía la cultura hace 5, 10 o 15 años en Venezuela, sino también cómo está evolucionando la difusión y la industria cultural en el mundo.
Aunque están sucediendo eventos impresionantes en los mercados, se están creando cosas sorprendentes, los venezolanos estamos bastante ajenos a esas tendencias.
Los que estamos interesados en la vida cultural, artística y de entretenimiento, debemos esforzarnos mucho para mantenernos actualizados, esto tiene múltiples matices y un impacto significativo en el país. No puedo precisar el impacto exacto, considero que es enorme y merecería el análisis de sociólogos.
La falta de exposición al arte puede generar una población menos sensible, lo que a su vez implica menos empatía, creatividad, desarrollo de pensamiento abstracto, habilidades para vivir en comunidad, entre otros aspectos.
Esta situación también incide en el ámbito educativo y retarda el progreso profesional, especialmente al limitar el acceso al conocimiento y la integración social que proporcionan los espacios culturales.
Por ejemplo, una librería puede ser un punto de encuentro donde personas de diferentes estratos sociales y sectores de la ciudad se unen debido a su interés común por la literatura, la poesía o cualquier género literario.
La carencia de estos espacios contribuye a una mayor fragmentación de la sociedad, limitando el diálogo entre diferentes sectores y profundizando la falta de comprensión de las realidades diversas que componen un país, lo cual es riesgoso para el progreso de una nación.
El entretenimiento es una válvula de escape y una población que carece de suficientes espacios para el ocio, no tiene tiempo o recursos económicos para ello, tiende a ser más propensa a la frustración y a ser menos agradable, lo cual afecta el desarrollo humano, cognitivo y deteriora la salud mental.
Todo esto sucede en una época en la que algunos oficios están siendo afectados, especialmente aquellos relacionados con la industria cultural, artística y del entretenimiento. Esto va más allá del cierre de librerías y el limitado acceso a novedades editoriales en papel, y tiene que ver con cómo estamos quedando desactualizados en diversos aspectos.
¿Cómo se adapta la literatura venezolana a temas globales o del primer mundo cuando nuestro país pareciera haberse detenido en el tiempo?
Lo primero es que la literatura es atemporal, o sea, la buena literatura permanece detenida en el tiempo. Entiendo obviamente la analogía que estás haciendo, el asunto es que hay que hacer una diferencia entre lo que es literatura, periodismo o análisis actual, etc.
La literatura aborda unos pocos leitmotiv, como el amor, el miedo, las relaciones de poder, etc, y eso lo puede hacer a través de x cantidad de historia. O sea, yo puedo construir una historia en torno a dos futbolistas que se apoyan mucho y que juntos van a tratar la Copa del Mundo; puedo construir una historia sobre una pareja que triunfa en Silicon Valley; puedo construir una historia sobre una madre y una hija y están en crisis absoluta en Venezuela; o puedo construir una historia sobre una persona que se obsesiona con romper un record Olímpico por sobre todas las cosas, porque se lo había prometido a su padre y todas puedan tener el mismo leitmotiv, que es el amor y abordarlo de diferentes maneras.
Entonces, bueno, la literatura es realmente atemporal y utiliza anécdotas o historias diversas para abordar los grandes temas de la vida que han sido básicamente los mismos a lo largo de la historia, creo que hoy día se pudiera agregar el tema del Internet o de la relación con la pantalla negra como se hizo en Black Mirror.
Hay muchos escritores venezolanos que viven fuera también y hay otros que aunque la realidad colectiva del país esté detenida en el tiempo está tratando de atender sus sus propias obsesiones. La ambición de todo artista es trascender el tiempo y el momento histórico que le tocó tocar que le tocó vivir.
¿Crees que las nuevas tecnologías, como los libros en PDF o los audiolibros, han desplazado a los libros físicos?
Las estadísticas a nivel mundial apuntan que no, el libro en papel es una tecnología heredada del siglo pasado. Su existencia se remonta mucho antes, pero me refiero a aquellas formas consolidadas durante el siglo pasado, las cuales han resistido los embates del internet y de lo que Alessandro Baricco llama ‘la insurrección digital’. Muchos pronosticaban la caída del libro en papel en beneficio del libro digital, y eso no ha pasado.
Las cifras de venta de libros impresos siguen siendo muy altas en todo el mundo y, para muchas editoriales, constituyen la principal fuente de ingresos, esto es una tendencia global, al menos en los países que no atraviesan situaciones de pobreza extrema o de mayores apuros y necesidades.
Por otro lado, creo que las nuevas tecnologías han enriquecido el panorama cultural, generando un nuevo ecosistema que promueve una interacción más amplia y rica. Mi opinión es que ningún lector de verdad prefiere leer en PDF, a menos que esté notablemente desactualizado tecnológicamente.
El PDF es horrible para leer, hay muchos otros formatos digitales más amigables como el ePub, el Kindle, etc. La realidad es que, al final, son diferentes ecosistemas dentro de los cuales se interactúan unos con otros, y les permite a los lectores ir saltando como Mario Bros de un universo a otro, cada uno con sus ventajas y sus limitaciones.
Personalmente, digo que el libro de papel no se queda sin batería mientras esperas en la cola del supermercado. Claro, una tablet o un Kindle resultan más prácticos que tener una biblioteca de 3.000 ejemplares, no solo por cuestiones de higiene o espacio físico, sino también por su portabilidad y facilidad de acceso a la información.
Esto se suma al cambio en los hábitos de consumo y lectura. Sin embargo, es importante destacar que la sustitución completa del libro en papel no ha ocurrido, y las estadísticas respaldan esta idea. La transformación radica en la forma de consumir y en los hábitos de compra de los lectores.
La situación varía según el país y los mercados. La piratería, por ejemplo, es mucho más alta en Latinoamérica que en Estados Unidos, España y Europa occidental, abarcando no solo libros, sino también series, música y demás expresiones culturales. Incluso países con censuras fuertes, como China, tienen altos índices de acceso a contenido pirata.
En resumen, la realidad varía dependiendo del país. Hay un diálogo dentro del nuevo panorama digital con las tecnologías más clásicas como el libro en papel y eso va a seguir mutando, así que es un poco imposible saber a dónde vamos a parar, porque la realidad cambia mes a mes.
¿Cómo influye la migración en la producción de obras literarias venezolanas?
Muchos escritores venezolanos que están radicados en otros países están publicando sus obras, ya sea para mantener un diálogo con el público venezolano o para insertarse en la industria editorial extranjera. Algunos tienen más éxito que otros, este fenómeno no se limita a los escritores; se observa en varias disciplinas laborales en Venezuela y en el mundo.
En el caso de los escritores, se distinguen aquellos que partieron ya consolidados o reconocidos, y otros que, partiendo jóvenes o sin una carrera literaria previa, empezaron a publicar o a ser reconocidos en otros países.
Esto crea un impacto significativo, ya sea porque genera interés en los venezolanos al descubrir a compatriotas escribiendo desde lugares como Australia, Japón, Portugal, Brasil, Estados Unidos y obteniendo éxitos, o porque la industria de esos países los acepta y destaca su origen venezolano. Esta tendencia se replica en diferentes áreas laborales y es probable que continúe en los próximos años.
En el ámbito del fútbol, vemos a jugadores jóvenes, hijos de venezolanos o nacidos en Venezuela y que migraron siendo muy pequeños, accediendo al fútbol profesional en diferentes países, pudiendo incluso ser convocados para la selección nacional.
En la música, músicos que han vivido la mayor parte de su vida fuera del país comienzan a ser representativos para la cultura venezolana y son reconocidos por ello. Por ejemplo, recientemente está haciendo mucho ruido la película ‘Simón’, del realizador venezolano Diego Vicentini, quien ha vivido en Estados Unidos desde su adolescencia y es reconocido como cineasta venezolano.
En el caso de la literatura, su impacto parece ser más lento, quizás porque el libro es un producto de consumo lento, mientras una serie o una película pueden consumirse rápidamente, la lectura de un libro lleva tiempo y esto limita el contacto de las personas con diferentes formas de literatura.
Además, los que lideran la industria en el mercado hispano a veces muestran resistencia hacia las nuevas formas de comunicación digital y están desconectados de las necesidades de los lectores.
Sin embargo, este fenómeno continuará ganando fuerza y veremos cada vez más obras de escritores venezolanos que se reconocen a sí mismos como parte de la literatura venezolana, a pesar de no haber desarrollado profesionalmente su carrera en el país.
Siento que hay explotar más que desde Venezuela podamos conectar más con las comunidades de venezolanos dispersos por el mundo y ofrecerles productos culturales de nivel.
La internacionalización de la literatura venezolana puede ser beneficiosa si se trabaja en redes de comunicación y distribución efectivas. A pesar de que la literatura parece avanzar más lentamente que otras disciplinas, se puede empujar su internacionalización con esfuerzo y voluntad.
¿Piensas que el acceso a herramientas de inteligencia artificial y plataformas como Wattpad democratizaron la escritura y beneficiaron la difusión del trabajo de nuevos escritores?
Honestamente, no lo sé. Creo que las reglas del juego son muy distintas a las del siglo 20 y hay que adaptarse. Hay personas han sabido entender el ecosistema digital y lo han aprovechado, otras no.
Es difícil usar la palabra ‘democratizar’, ya que como usuario, tengo un acceso mucho más amplio. Hoy en día puedo leer libros de escritores de todo el mundo, disponibles en Amazon y otras plataformas, lo cual es relativamente sencillo o al menos posible de adquirir.
Esta accesibilidad me permite, como lector, tener más posibilidades de lectura en comparación con lo que tenían mis padres a mi edad. Los adolescentes tienen un mayor acceso a contenido cultural que cualquier persona de su edad en el siglo 20.
Tienen la oportunidad de ver más películas, series, escuchar más música y leer más libros, lo que favorece su formación cultural en comparación con generaciones pasadas.
No obstante, los desafíos para acceder a estas manifestaciones culturales son mayores en la actualidad. Vivimos en una sociedad donde los algoritmos de internet, que visitamos, imponen su ley y están configurados para ofrecernos contenido que creen que más nos gusta.
Si careces de educación digital o conocimiento sobre tu propia neurología, es probable que te dejes llevar por estos algoritmos y termines consumiendo lo que estos sugieren o lo que la mayoría prefiere, es necesario tener conciencia sobre cómo funciona tu cerebro para sortear estos sistemas y saber cuándo seguir las recomendaciones del algoritmo y cuándo buscar contenido por tu cuenta.
El panorama es complejo y varía mucho según el país y el estrato socioeconómico. Depende del tiempo libre, el poder adquisitivo y el acceso a la tecnología que tengas. Creo que es un entorno más salvaje para los creadores y más abrumador para los consumidores, pero ofrece más oportunidades para los creativos y puede ser más enriquecedor para los usuarios.
En el caso de los escritores, probablemente existan más oportunidades hoy en día que en el siglo 20, pero acceder a estas oportunidades puede ser igual o más difícil a las pocas que había en el pasado. Al final, esto es muy relativo y está relacionado con la capacidad de aprovechar las oportunidades.
Por ejemplo, algunos usuarios de TikTok que supieron aprovechar la plataforma desde sus inicios, construyendo una comunidad, tienen ahora un impacto significativo en la promoción de libros y la literatura en esa red.
Ariana Godoy aprovechó el extraordinario momento de Wattpad y construyó una carrera muy fructífera en términos cuantitativos, vendiendo libros y realizando adaptaciones de sus obras; pero no es tan sencillo como comenzar a publicar en Wattpad y esperar ser descubierto por una editorial. El ecosistema es muy variado y creo que varía mucho en cada caso específico.
Otra cosa totalmente distinta en esta ecuación es la inteligencia artificial, algo que explotó recientemente y está en constante evolución, y seguirá avanzando, pero es difícil predecir hasta dónde llegará. Creo que es una herramienta que todos, de alguna manera, utilizaremos cada vez más; aquellos que la dominen mejor tendrán más éxito.
Sin duda, va a configurar la manera en que escribimos, con esto no quiero decir que la inteligencia artificial vaya a hacerte el trabajo de escritura, todavía no produce buena literatura. Es más probable que se encargue de construir libros más comerciales que de producir literatura más artística o que exprese ideas más profundas.
Eventualmente, todos tendremos un motor de IA integrado en nuestro procesador de texto, que nos ayude a consultar nombres de personajes, a analizar el texto que estamos escribiendo, a editar y buscar errores, a sugerir tramas y muchas otras cosas más que en este momento no puedo mencionar.
Es un cambio en constante evolución y una herramienta que debemos aprovechar, aunque como usuarios, puede haber resistencia. A nivel mundial se pueden plantear muchas discusiones éticas y regulaciones sobre la tecnología, pero como usuarios individuales, debemos aprender a usar estas herramientas para no quedarnos rezagados, si no nos adaptamos a tiempo, podría ser tarde para ponerse al día.
¿Cuáles libros recomendarías para entender la situación de Venezuela y qué consejo darías a aquellos que quieren incursionar en la escritura?
Diario en ruinas de Ana Teresa Torres; El Tren de Aragua: La banda que revolucionó el crimen organizado en América Latina de Ronna Rísquez, un libro 100 % de periodismo de investigación; Ahora van a conocer al diablo de Oscar Medina, que presenta 10 testimonios de presos torturados por el chavismo; y Días salvajes de Albor Rodríguez y Héctor Torres, que son 15 historias reales para comprender el colapso de Venezuela.
Los consejos que daría a alguien que quiere incursionar en la escritura son los básicos que todo el mundo menciona, y uno de los pocos consejos con los que realmente estoy de acuerdo.
No creo en las verdades absolutas, o mejor dicho, he conocido muy pocas en mi vida. Una de ellas es que lo único seguro es el cambio y que la muerte es el destino final al que todos vamos con toda certeza.
Sin embargo, otra de estas supuestas verdades, que todavía no he encontrado contradicción alguna, es que si quieres escribir bien, debes ser un ávido lector. Mi consejo, por ende, es que lean mucho, pero cuando digo mucho, es mucho.
Para ser un escritor decente, hay que ser un gran lector. Luego, para ser un gran escritor, seguramente se requieran otras habilidades. Lo segundo es que escriban. Cualquier persona que quiera escribir debe sentarse a hacerlo, leer y escribir. Aunque este punto suene muy básico, a veces incluso demasiado simple, es el camino fundamental para desarrollarse en la escritura.
Después, para integrarse en la industria editorial, ocurren muchas cosas, pero lo primero es desarrollarse en la escritura, y eso implica leer y escribir sin excusas, sin peros. Si estás interesado en escribir, debes leer mucho y sentarte a escribir, no hay excusas. Además, les recomendaría participar en talleres en círculoamarillo.com
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