La tormenta tropical Eta perdió fuerza para convertirse en una depresión tropical, pero sus vientos siguen amenazando a Centroamérica con inundaciones y derrumbes.
Durante su paso por Nicaragua y Honduras el ciclón dejó al menos tres fallecidos y cuantiosos daños materiales y, de acuerdo con el Centro Nacional de Huracanes de los Estados Unidos continuará latente el peligro de «inundaciones repentinas catastróficas y potencialmente mortales, junto con deslizamientos de tierra».
En Honduras, la Comisión Permanente de adelantó un recuento de al menos 5 puentes y 14 carreteras dañados o destruídos, 339 viviendas desalojadas y 41 comunidades incomunicadas, a las que se suman el desalojo de cerca de 2000 personas.
Mientras tanto, en Nicaragua, dos mineros perdieron la vida y los fuertes vientos arrancaron los techos de las casas, tumbaron árboles y derribaron líneas eléctricas, dejando sin energía a ciudades enteras.
«enemos mucho miedo. Hay postes caídos, inundaciones, techos arrancados», dijo un residente de la ciudad de Puerto Cabezas a la agencia Reuters.
Y Eta aún no está por extinguirse, el fenómeno climático sigue avanzando hacia el mar Caribe, donde se espera que recobre su fuerza antes de llegar a Cuba este domingo, amenazando también a las costas de Florida, en Estados Unidos.