Orlando Chirinos, presidente de la Federación de Trabajadores del Cemento (Fetracemento), alertó sobre la crítica situación que enfrenta la industria cementera en Venezuela, señalando que la producción de cemento cayó a menos de un millón de toneladas métricas anuales.

En sus declaraciones emitidas al programa En Este País de Radio Fe y Alegría Noticias, Chirinos aseveró que dicho panorama refleja la máxima paralización en la que se encuentra el sector.

“No hay capacidad para responder a las necesidades del sector construcción. Hoy sabemos que el sistema de construcción en el país está en cero y completamente paralizado”, expresó. 

El presidente de Fetracemento atribuyó la crisis al deterioro progresivo de la infraestructura productiva y operativa, así como a la falta de inversión, voluntad política y a la situación laboral precaria de los trabajadores.

Chirinos destacó que, desde el año 2009, cuando la “Gran Misión Vivienda Venezuela” estaba en pleno apogeo, se tuvo que recurrir a la importación de los materiales, ya que la demanda de cemento superaba las 23 millones de toneladas métricas anuales y la industria nacional producía menos de seis millones. 

Dicha cifra siguió en declive drásticamente, situándose ahora en menos de un millón de toneladas.

Entre cinco a seis años de recuperación 

A su juicio, para poder recuperar el sector se van a necesitar entre cinco a seis años, porque enfrenta el “peor deterioro en toda su historia” y ejemplificó la situación con el caso particular de la ciudad de Barquisimeto, donde de tres hornos, solo uno funciona de manera intermitente.

Sin embargo, Chirinos afirmó que los trabajadores están comprometidos con la recuperación del sector, pero enfatizó la necesidad de mejorar las condiciones salariales. 

Indicó que el salario mínimo es de apenas 130 bolívares, además de las bonificaciones otorgadas a través del carnet de la Patria. 

Castigo para quienes protesten

Según informó, de la nómina actual de trabajadores, que comprende alrededor de 8.520 empleados de los 17 estados relacionados con la línea de concreto, transporte, agregado y cemento, en Lara un total de 530 están clasificados como “no convocados”, lo que quiere decir que no reciben los bonos. 

Esta clasificación se debe, en parte, a la falta de capacidad operativa y de producción necesaria y a una represalia si el trabajador reclama.  

Chirinos denunció que, a pesar de haber denunciado esta medida de castigo a diversas instancias, incluyendo la Inspectoría del Trabajo, el Ministerio Público y la Organización Internacional del Trabajo, no han obtenido resultados satisfactorios. 

Por otro lado, calificó la mesa de diálogo social como una manipulación a la inteligencia de los trabajadores venezolanos y pidió cumplir con lo establecido en el artículo 91 de la Constitución, fijando el salario a la canasta básica. 

Igualmente, exhortó a eliminar decretos como el 2792 y el instructivo Onapre, ya que no considera justo que todos ganen lo mismo. 

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