Ocho meses han transcurrido desde que el izquierdista Pedro Castillo asumió la presidencia del Perú. Desde entonces ha ido de confrontación en confrontación, llevando a la nación suramericana a una crisis social.
En este período de tiempo, el presidente Castillo ha afrontado dos mociones de vacancia y una creciente crisis política, una moción de censura, investigaciones por hechos de corrupción y por último una ola de protestas que mantienen acorralado al mandatario.
Los últimos acontecimientos comenzaron hace nueves días tras el alza de los precios del combustible, provocando que transportistas realizaran cierres temporales de vías en varias regiones del país.
Alrededor de 20 personas han sido detenidas por los disturbios originados en diferentes regiones del país.
En varias ciudades se registraron saqueos en supermercados y almacenes.
Ante esta situación, el Presidente anunció el toque de queda en Lima y Callao, a través de en un mensaje a la Nación minutos antes de la medianoche del pasado lunes. La inamovilidad ciudadana que inició a las 2 de la mañana, estaba prevista para finalizar a las 11:59 de la noche de este martes.
Sin embargo y luego de las fuertes presiones políticas y del pueblo en la calle, el mandatario nacional decidió suspender la medida siete horas antes de lo previsto, dejando sin efecto el toque de queda.
La decisión de Castillo fue tomada durante un encuentro con legisladores en el Congreso de la República este martes pasadas las 6 de la tarde.
Finalmente, Castillo llamó “a la tranquilidad del pueblo peruano”.