Aunque pasó de categoría 5 a la 2 ya el mal del Iota estaba hecho en Nicaragua este martes 17 de noviembre.
Descrito como un huracán “catastrófico” y “extremadamente peligroso”, tocó tierra nicaragüense en la noche de este lunes en la costa noreste, cerca de la ciudad de Haulover, ubicada a unos 45 kilómetros al sur de Puerto Cabezas, con vientos sostenidos de 250 kilómetros por hora.
Las primeras lluvias originadas por las ráfagas y vientos de Iota comenzaron a azotar en la mañana del lunes la costa Caribe de Nicaragua, sobre todo la ciudad de Bilwi, donde Eta causó fuertes destrozos.
Loss pobladores sacaban de las casas las pertenencias, mientras las autoridades evacuaban las zonas más vulnerables. Con el paso de las horas, los efectos del ciclón se fueron intensificando en forma de precipitaciones y vientos fuertes.
Según el Sistema Nacional para la Prevención, Mitigación y Atención de Desastres (Sinapred), Iota es el huracán más fuerte que ha impactado Nicaragua desde que se tienen registros.
El caribe nicaraguense es una de las zonas más pobres y aisladas de este país centroamericano.
Según informó Guillermo González, director del Sinapred, hasta este lunes había 20.000 evacuados y el país estaba en condiciones de habilitar cerca de 1.300 albergues.
Pero las personas que ya estaban ocupando esos refugios han criticado al Gobierno por las carencias y la falta de alimentos y otros insumos en esos centros.
Además de Nicaragua, otros países de Centroamérica como Guatemala y Honduras se preparan para recibir los embates del huracán, que si bien se ha degradado, todavía representa un serio peligro para las comunidades que quedaron más vulnerables tras el paso del Eta.
Países del Caribe como Colombia y Panamá sufrieron fuertemente la embestida de este fenómeno natural durante el fin de semana y principios de ésta.
En Cartagena de Indias, por ejemplo, quedó inundado el 70 por ciento de la ciudad con severas pérdidas materiales.