Este martes 23 de agosto se cumple un año de la tragedia de Tovar en el Valle del Mocotíes, un hecho que dejó como saldo a 16 personas fallecidas, familias damnificadas y pérdidas materiales de alto impacto.
Durante la noche de aquel lunes de agosto, tras pasar más de cuatro horas con intensas precipitaciones, la comunidad que hace vida en la parte alta y sus alrededores de Tovar se vio abrumada por una tromba que se llevó todo lo que pudo a su paso.
Además del desastre, uno de los tantos problemas que vivió la población para ese entonces, fue la falla general del servicio eléctrico el cual permaneció por más de siete días, esto debido a que la subestación eléctrica de la población de Tovar quedó parcialmente tapiada de barro tras el fenómeno meteorológico que afectó la zona.
A un año de la tragedia en el Valle del Mocotíes el equipo de Radio Fe y Alegría Noticias, en una visita al municipio pudo conversar con Lisbeth Hernández quien abrió las puertas de su casa para atender a quienes más lo necesitaron tras los daños que dejó la vaguada, contó que “mi casa sirvió de acogida para muchas personas que perdieron sus casas esos días”.
Asimismo, Hernández relató que, en medio de la oscuridad, “porque se fue la luz”, ocurrió la vaguada y “en ese momento escuché que alguien me gritaba ‘¡ayúdenos, nos estamos ahogando!‘”. Hernández dijo que eran las dos señoras a quienes auxilió.
También detalló que “las puertas se trancaban y había mucha gente saliendo de sus casas” porque la corriente de agua ya se estaba desviando a la zona donde vivían.
Como su vivienda en el Valle del Mocotíes era uno de los lugares más seguros, manifestó que varios vecinos pasaron la noche en su cocina para “ver qué era lo que había pasado”, ya que solo habían escuchado el ruido de las aguas.
“La tierra había tapado las casas horrible”, expresó Hernández. En medio del impacto de la tragedia Lisbeth dijo “me entró una angustia” al ver el desastre que había dejado la vaguada.
Una vez registrado el hecho, diversas organizaciones se activaron con el propósito de acompañar a los damnificados a través de la donación de enseres, así como atención Médica integral. La Fundación Primeros Auxilios Ulandinos (Paula) en conjunto con Cáritas Mérida se trasladaron al lugar para atender a la población cuya preocupación se centró en la posible proliferación de enfermedades.
Siguen refugiados en el Valle del Mocotíes
A la fecha aún existen refugiados y una de ellas, que prefirió no identificarse por temor a ciertas consecuencias, indicó a través de Radio Fe y Alegría Noticias que el proceso y su estadía en el refugio ha sido “muy difícil”. Ella perdió todo su establecimiento y su casa por el paso de la vaguada.
La refugiada precisó que “no es fácil convivir con tantas personas de diferentes creencias, religiones y manías” pero agradece poder tener un techo.
Asimismo, dio a conocer que las autoridades han gestionado la asignación de viviendas para algunos de los refugiados del centro donde ella se encuentra, pero hasta los momentos no han oficializado una fecha de entrega a quienes la necesitan con suma urgencia, como es su caso
“Yo no me voy de aquí”
Por otro lado, varios tovareños que de igual manera lo perdieron todo en la vaguada en el Valle del Mocotíes, se rehusaron a dejar su espacio porque no creían ni creen en las promesas de los gobernantes.
José Elizandro Zambrano, afectado por la vaguada dijo “Yo no me voy de aquí, primero termino yo la casa pegando bloque en bloque”, contó el señor Zambrano, mientras espera que el gobierno le cumpla con lo que le prometió el año pasado: construirle de nuevo su casa porque, así como muchos lo había perdido todo.
En su relato reveló que en los primeros días a algunos de los afectados los ubicaron en una vivienda “solo porque había elecciones, el resto creo que es mentira”.
“Hay casas listas en el sector La Jabonera, ya listas”, indicó el afectado, quien también aún vive en esa comunidad. Sin embargo, aún no las han entregado, por este motivo Zambrano aseguró que “nos cargan a mentira”.
Ante esta situación que viven muchos tovareños, los testimonios hicieron un llamado a las autoridades de Mérida a que se aboquen a la problemática porque muchas familias aún viven con los daños que dejó la vaguada del 23 de agosto.