El 27 de septiembre se fundó la Compañía de Jesús, una orden religiosa que encabezó Ignacio de Loyola y sus compañeros.

En la actualidad hay más de 15 mil Jesuitas en todo el mundo trabajando por la reconciliación de “las mujeres y los hombres con Dios”, reza en su página web.

¿Qué hace la Compañía de Jesús en el mundo?

Históricamente, los Jesuitas se dedican al estudio, a la investigación y a ofrecer educación a través de colegios y universidades.

Sin embargo, en los últimos años trabajan por causas asociadas a la justicia socioambiental, los jovenes, los migrantes y a incidir en las estructuras que generan pobreza y opresión.

En Venezuela, los Jesuitas están organizados por obras sociales y educativas, además de las religiosas, propias de la Orden Religiosa.

Fe y Alegría, La Universidad Católica Andrés Bello, El Centro Gumilla, Los Institutos Universitarios Jesús Obrero, el Movimiento Juvenil Huellas, el Centro de Reflexión y Planificación Educativa (Cerpe) son algunas de las obras desde donde actúa la Compañía de Jesús en el País.

Incluso, este medio forma parte de una obra de la Compañía de Jesús en Venezuela.

Los Jesuitas y la Congregación General 36

La Orden Religiosa se organiza por conferencias que agrupan a varios países y la dirección de todas Está centralizada en Roma.

Popularmente, al máximo representante de los Jesuitas se le llama el Papa Negro, por su vestimenta.

En la Congregación General 36, los Jesuitas del mundo eligieron al padre Arturo Sosa como el General de la Compañía de Jesús, en el año 2016.

Arturo es venezolano y entre otros cargos, fue rector de la Universidad Católica del Táchira. También fue director de la Revista SIC, del Centro Gumilla.

San Ignacio de Loyola

La fundación de la Compañía se le atribuye a San Ignacio de Loyola, un español que transformó su vida después de estar al borde de la muerte y se consagró al servicio de la Iglesia.

El papa Gregorio XV lo canonizó el 12 de marzo de 1622 junto con Francisco Javier, otro de los primeros miembros de la Compañía.

En sus promesas iniciales estuvo la de llevar el evangelio a los lugares más apartados del mundo. A lo largo de la historia, las misiones de Jesuitas han llegado a todos los rincones del planeta.

En esta orden, sus miembros profesan los votos de pobreza, castidad y obediencia y obediencia al Papa, este último los distingue de otros.

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