El pasado domingo 12 de abril, sujetos desconocidos hicieron el primer ingreso al colegio San José de Tarbes de El Paraíso, Caracas, de donde se llevaron 5 computadoras.
«La comunidad entera empezó a sonar pitos. Los generales que viven por aquí bajaron con sus pelotones», contó,
Parte de los equipos hurtados estaban en la oficina de la Seccional Oeste de la Asociación Venezolana de Educación Católica, AVEC.
El director de esta seccional, Jorge Hernández, informó a Radio Fe y Alegría Noticias que de sus oficinas se llevaron cuatro computadoras, más otra de un salón contiguo perteneciente a una empresa privada de inglés que funciona en la institución.
«Un vigilante le hizo el anuncio a la directora que vio algo extraño por la ventana de la oficina de AVEC que quedan hacia el lado izquierdo de la estructura. Cuando llegan a la oficina, ven que la puerta estaba abierta. Violentaron una ventana y se metieron», relató Hernández.
La directora de la institución, hermana Mayra Bernal, indicó a Radio Fe y Alegría Noticias que luego, este jueves, los vecinos la llamaron para alertarla sobre la presencia de 4 hombres dentro de los espacios del colegio y fue cuando procedió a llamar a la Guardia Nacional Bolivariana.
En esta segunda oportunidad se llevaron una lavadora y una licuadora. Estos últimos hurtos los han perpetrado hacia la casa de la congregación donde viven las hermanas.
«Nos llama la atención que durante varios días, hasta antier (jueves) que fue que estuvo la Guardia, hubo varios ingresos», agregó Hernández.
Los malhechores solo se hicieron con los equipos sin agredir a ninguna de las hermanas que se encontraban en la institución que alberga a 825 estudiantes en condiciones normales.
Para la hermana Bernal, el apoyo de los vecino de la institución, en El Paraíso, ha sido importante para mantenerse en pie a pesar de las adversidades. «Nuestros vecinos son nuestros aliados», dijo.
Robos de viaje data
La hermana Bernal aseguró que han venido sufriendo hurtos desde hace 3 años «pero eran solo a nuestros espacios escolares. En este momento de la cuarentena, donde quedamos completamente solas, ya llegaron a los espacios donde vivimos».
Afirmó que «yo estoy enfrentando todos los días un robo desde hace dos años. Que la cuarentena los exacerbó, es otra cosa. El hampa no cumple la cuarentena».
«Ya los vecinos han visto a las personas caminar porque no les importa. Llamamos a la seguridad del Estado y vienen pero por un rato y se van», destacó.
«La inseguridad de la zona se ha convertido en algo bien delicado. No solamente nosotras, sino que roban el edificio de al lado, el de la esquina, la casa de atrás… Se ha convertido la zona en una situación demasiado peligrosa», agregó.
La directora de la institución hizo un llamado al Ministerio de Educación y las Fuerzas Armadas a prestar el apoyo necesario, no solo a este colegio, sino a todos los planteles que ahora, en medio de la cuarentena social, se encuentran solos y vulnerables a la inseguridad.
«Porque cuando volvamos, nuestros estudiantes no solo no van a tener espacios pedagógicos, es que no van a tener donde sentarse», exclamó.
Por su parte, el profesor Hernández manifestó que «más allá de los materiales que se robaron, tememos por la integridad física de las hermanas, que les hagan daño. En esa zona, las tardes son completamente solas, las noches ni hablar. No tenemos los medios para contratar un servicio de vigilancia privada».
Vigilancia es insuficiente
Esa parte del colegio a donde han ingresado los ladrones da hacia una calle que conduce a la Plaza Madariaga donde se encuentra el Comando Central de la Guardia Nacional Bolivariana.
La hermana Bernal destacó que los padres y representantes que pertenecen a organismos de seguridad se han activado y constantemente hacen patrullaje. Sin embargo, este sábado 18 de abril la institución no había recibido aún a alguno de los cuerpos de efectivos salvo una visita más temprano del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (CICPC).
«Las hermanas en otro momento han solicitado apoyo de los cuerpos de seguridad porque, aunque tienen cerca la comisaria del CICPC y el comando general de la Guardia, la zona es muy sola y la inseguridad se suma. Como ahora no hay movilidad, se aprovechan más», acotó.
La institución solo cuenta con pocos vigilantes que no alcanzan a cubrir todo el espacio. Luego de estos dos episodios en menos de una semana, reforzaron las ventanas por donde habrían ingresado los ladrones.
«Quienes se metieron deben ser personas jóvenes porque se ven las huellas de por dónde pasaron», cuenta Hernández. En las fotografías tomadas luego de los hurtos, se observan pisadas de zapatos en las paredes de la oficina.
Ante este hecho también se pronunció la Arquidiócesis de Caracas con un comunicado en el que denuncian que «el hampa no cumple cuarentena».