La inseguridad en Guayaquil encierra a sus habitantes

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Foto: referencial web / Primicias

La delincuencia en Guayaquil, Ecuador, ha alcanzado un nivel bastante alto, que ha obligado a sus ciudadanos a encerrarse en sus hogares.

Según relata el diario El País, Ecuador comenzó el año con un récord de 329 asesinatos contados hasta el 4 de febrero, dejando lejos la ya exagerada cifra de muertes violentas del 2021. 

De acuerdo a los datos recabados por el medio, el año pasado cerró con el doble de homicidios que 2020 – unos 2.464 hasta el 30 de diciembre- y en enero hubo 122, una cifra mucho menor que la registrada este año.

Sobre esas cifras se precisan que Guayaquil concentra un tercio de esas muertes.

Reacción del gobierno

En la publicación, detallan que las muertes llegan en grupo, como ocurrió en unas canchas de fútbol en el sur de Guayaquil, cuando cinco personas fueron acribilladas por un supuesto enfrentamiento entre bandas a las nueve de la noche.

El pasado octubre, el Gobierno decretó el estado de excepción y movilizó a militares en las calles, pero la ola de violencia no bajó.

“Estaremos listos para responder ante cualquier reacción de los grupos de delincuencia organizada”, advirtió el pasado viernes la ministra de Gobierno, Alexandra Vela, al informar en una rueda de prensa de la detención de diez miembros de la banda Los Lobos.

El periódico español, percibió una tranquilidad perturbada en la gente que palparon en las principales avenidas del centro de Guayaquil.

Drogas y enfrentamientos

La raíz del despunte de inseguridad es que Ecuador es hoy, de acuerdo a la explicación gubernamental, el punto de salida del narcotráfico internacional hacia Estados Unidos y Europa debido a la porosidad de las fronteras terrestres con Colombia y Perú.

Y eso repercute en la violencia urbana, pero también en enfrentamientos recurrentes entre bandas dentro las cárceles del país y en las cifras récord de incautaciones. Hasta el 26 de enero, van más de 15 toneladas detectadas, el triple que hace un año.

En todo 2021, llegaron a las 210 toneladas, casi el doble del año anterior. A la par, hubo más de 300 presos muertos en al menos cinco brotes de violencia dentro del sistema penitenciario.

Estos “logros”, declaró el presidente ecuatoriano Guillermo Lasso sobre las incautaciones, “tienen consecuencias como el aumento de muertes violentas en las calles como ha sucedido en enero”.

Días después, Lasso reconoció que la lucha contra el narcotráfico no era una “pelea fácil” y que sería irresponsable dar una fecha sobre cuándo terminaría la batalla y volvería la tranquilidad al país.

Fuente: El País