En la iglesia San Francisco de Caracas se celebró la misa principal por los 67 años del Movimiento de Educación Popular y Promoción Social Fe y Alegría.
Con la participación activa de maestros, estudiantes, trabajadores y directivos de la institución la eucaristía tuvo como centro agradecerle a Dios «porque siempre ha estado con nosotros, porque Dios es bueno», según lo que expresaba su director general, P. Manuel Aristorena.
Al hacer un repaso por los orígenes, la trayectoria y el momento actual de Fe y Alegría Venezuela, el sacerdote, encargado de la homilía, enfatizó que «tenemos que ser santos en nuestro compromiso práctico con el hermano. No le roben, no le engañen, no le defrauden, no lo exploten, no le retrasen su salario, no le den sentencias injustas».
Dijo que en el Evangelio, esencia espiritual del Movimiento, «hay unos verbos que deben ser sinónimos: vivir, servir y amar». Invitó que como cristianos, creyentes en esa esperanza que está en acción, a concretarlos en la práctica educativa porque «lamentablemente eso no está de moda».
A los docentes y comunicadores de Fe y Alegría les alentó a seguir con su servicio ya que «cada vez que educamos a uno de estos pequeños y ni tan pequeños, estamos cerca del Señor porque le estamos enseñando a Él».
Para Aristorena, al rememorar el momento fundacional de este sueño del P. Vélaz, la educación es la herramienta más idónea para «humanizar» a la sociedad, contando siempre con la generosidad de aquellos que «como la viuda del Evangelio dan de lo que necesitaban para vivir».
En este segmento hizo mención especial a «Abraham y Patricia que le entregaron al Padre Vélaz la planta baja de su casa para que el 5 de marzo de 1955 se diera el primer día de clases, con 100 niños sentados en bloques o en el suelo, con dos maestras, también casi niñas, con solo sexto grado»
Valoró este gesto inicial de generosidad como simiente para que «maestros y comunicadores sigamos en nuestros puestos de trabajo a pesar de los sueldos de hambre y miseria».
Al final de su reflexión, el también jesuita recalcó que la esperanza en acción, lema de Fe y Alegría para este año, impulsa a acometer cosas atrevidas «hechas por gente que tuvo esperanza y soñó un país mejor».
Por eso ratificó que no es cierto que se acabaron los sueños «ni la educación de los pobres puede ser una pobre educación», alentando también a poner ese gran corazón en todo lo que hacemos «con espíritu juvenil y emprendedor».