Según datos del Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR), más de 80 millones de personas tuvieron que abandonar su hogar de forma obligada en el año 2020.
La cifra de personas que tuvieron que escapar de su país asciende a 34’4 millones, que engloba a 26’4 millones de refugiados, 4’1 millones de solicitantes de asilo y a 3’9 millones de la diáspora venezolana.
Por su parte, hasta 48 millones han tenido que desplazarse de forma forzosa dentro de su propio país. Casi el 42 % de los refugiados está compuesto por niños y jóvenes por debajo de los 18 años.
Siria (6’7 millones), Venezuela (4 millones) y Afganistán (2’6 millones) son los territorios de los que más personas han tenido que emigrar para proteger su vida.
Sudán del Sur, de país más joven del mundo a primer exportador de refugiados de África
Es el país más joven y la nación de origen de la cuarta mayor población de refugiados y desplazados externos detrás de Siria, Venezuela y Afganistán, y también posee la tercera cifra más grande de desplazados internos de África, con 2,3 y 1,6 millones, respectivamente.
Arrasada por una guerra civil que dejó cientos de miles de muertos y devastó su economía, la nación de África oriental es una de las más proclives al conflicto armado.
Sudán del Sur, de 12,7 millones de habitantes, se independizó de Sudán en 2011, años después de una primera guerra civil.
Sin embargo, en 2013 se sumió en otro complejo conflicto armado interno e interétnico, que enfrentó a fuerzas del Gobierno y de la oposición.
Se estima que unas 400.000 personas murieron en la guerra, marcada por terribles atrocidades, hasta que los líderes Salva Kiir y Riek Machar firmaron la paz y formaron un Gobierno de unidad en febrero de 2020, abriendo la puerta al retorno de un grupo de refugiados.
Una actualización del informe publicada en mayo precisó que más de 2,2 millones de sursudaneses están actualmente refugiados en la República Democrática del Congo (RDC), Etiopía, Kenia, Sudán y Uganda, «la mayor población de refugiados de África».
El 83% de esos refugiados o solicitantes de asilo son mujeres y niños.
Otros 1,6 millones de sursudaneses también abandonaron sus casas por la violencia u otras causas pero se asentaron en otras zonas del país, una cifra de desplazados internos solo superada en África por la RDC y Somalia, siempre de acuerdo al Acnur.
Myanmar sin conseguir la democracia
La atormentada nación de Myanmar ha enfrentado en pocos años un genocidio, el mayor éxodo forzoso de Asia desde la Guerra de Vietnam y un golpe de Estado que puso fin al retorno de la democracia tras décadas de dictadura militar.
La antigua Birmania, ubicada en el Sudeste Asiático, es la nación de origen de la quinta mayor población de refugiados y desplazados externos del mundo, estimada en 1 millón de personas y solo superada por las procedentes de Siria, Venezuela, Afganistán y Sudán del Sur.
En un hecho notable, casi todos esos refugiados pertenecen a una misma etnia, la rohingya, una minoría musulmana perseguida por el Gobierno y budistas radicales de Myanmar, y más de 700.000 de ellos huyeron del país solo desde fines de 2017.
El éxodo es el mayor de Asia desde la Guerra de Vietnam (1955-1975) y la represión de los rohingyas fue calificada de «genocidio» por autoridades de la ONU.
La mayor parte de los rohingyas huyó al vecino Bangladesh, donde dio lugar al mayor campamento de refugiados del mundo, el de la localidad de Ukhia, en Cox’s Bazar, en el sureste bangladesí.
Otros escaparon hacia India, Tailandia, Malasia y otras partes del sur de Asia y del Sudeste Asiático.
Acnur dijo en un reciente informe que la crisis posterior al golpe provocó 175.000 nuevos desplazados internos, que se sumaron a los 370.000 que había hasta entonces y elevaron el total a 545.000.
Fuente: ONU, Manos Unidas, telam