A criterio del economista Oscar Torrealba, miembros del Comité Académico del Centro de Divulgación del Conocimiento Económico (Cedice), un aumento de sueldos en la actualidad “es técnicamente imposible”.
Para hablar de salario en Venezuela hay que comenzar por explicar la brecha que existe entre el empleado público y el empleado del sector privado, explicó el economista en entrevista en el programa En Este País que transmite Radio Fe y Alegría Noticias.
Recalcó que en el sector privado, según las últimas encuestas, se puede variar entre los 100 y 300 dólares, dependiendo de la zona o región donde se ubique el trabajador, frente a un trabajador del sector público que devenga un salario mínimo que no supera los siete dólares.
“Es técnicamente imposible realizar un aumento salarial sin discutir algunos asuntos”, apuntó.
Torrealba cree que para solucionar este problema, el primer elemento a considerar para entender la situación es el desequilibro fiscal por el que atraviesa el Estado venezolano.
“Primero, hay que identificar el orden de prioridades del gasto público: ¿cuál tiene mayor ponderación? Y en segundo lugar es necesario discutir la sustentabilidad del gasto; es decir: ¿el Estado cuenta con esos ingresos corrientes que le permitan asumir ese gasto?”, se preguntó.
El experto explicó la diferencia entre ingresos ordinarios y extraordinarios, citando como ejemplo que los ordinarios vienen dado por la recaudación de impuestos, mientras que los extraordinarios se dan por concepto de exportación petrolera.
A su criterio, “ha sido error fundamental financiar los gastos ordinarios con ingresos extraordinarios”.
La inflación se devora los ingresos
La tasa de inflación en enero de 2023 cerró en 39,4%, mientras que la tasa anualizada de enero 2022 a enero 2023 fue 440%, de acuerdo con el último informe de Cedice.
Los seis rubros con mayor variación son: alimentos con incremento importante de 401,52%; seguido de restaurantes con 401,31%; el grupo servicios con una variación de 317,21%; recreación con 314,14%; higiene con 328,60%; y transporte con 250,26%.
“Esto demuestra que se sigue erosionando la economía familiar. Poco queda para ahorrar o invertir; es decir, se reduce el margen para que la familia venezolana mejore su calidad de vida”, puntualizó.
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