En 12 ciudades la gente recoge agua porque no llega por tuberías

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Maturín agua
Referencial

El Observatorio Venezolano de Servicios Públicos (OVSP) indicó en su más reciente encuesta que en 12 ciudades consultadas en enero 2022, el 47% de las personas debe almacenar agua como alternativa debido a la falta de ésta por las tuberías.

La ciudad que encabeza el listado es San Cristóbal con el 81,7%, seguida por Mérida (68,8%) y Caracas (65,1%).

No obstante, según el estudio, tanto San Cristóbal como Mérida valoraron de forma positiva a la calidad del agua en comparación con otras regiones, siendo un 70,8% para San Cristóbal y 67% para Mérida. En cambio, Caracas, registró un 36,6%. Los dos estados andinos calificaron así el servicio por la forma constante en que lo reciben.

A la crisis de la falta de agua, la ciudadanía ha buscado varios planes para poder tener agua en casa, entre esos, los pagos a camiones cisternas, los cuales tienen más demandas en Maracaibo (48,2%), Punto Fijo (42,7%) y Porlamar (37,1%).

Racionamiento desde hace seis años

Esta situación también se da en Caracas donde el racionamiento del servicio comenzó hace seis años en todas las parroquias, cuya crisis se agudizó en los últimos tres años.

Otra de las alternativas a la escasez de agua por tuberías es la compra de botellones que, de acuerdo a la encuesta del OVSP se ubicó en un 11,2% de las respuestas recogidas en 12 ciudades de Venezuela.

Por otra parte, solo el 27,1% de las personas consultadas expresaron que reciben agua de manera constante. Esta frecuencia solo la tienen los ciudadanos de Mérida (66,7%), San Cristóbal (62,7%) y Barinas (47,1%). Esta situación no ocurre con los habitantes de San Fernando de Apure, quienes pueden recibir agua una vez al día o varias veces al día.

Mientras que los habitantes de Valencia (55,3%), Barquisimeto (42,5%) y Barcelona (34,4%), reciben agua entre dos y tres días a la semana.

Para finalizar, el OVSP señaló que en el tercer mes del año hizo una consulta en seis ciudades del país, cuyos consultados manifestaron que la falta de agua mermó su calidad de vida e impactó económicamente el bolsillo por las constantes compras de agua en botellones y/o camiones cisternas.