El mundo tiene hambre y no es un slogan publicitario, es una realidad que padecen más de 730 millones de personas en África, Asia y América, principalmente.

Las causas del hambre están asociadas a malos gobiernos, modelos de desarrollo inviables, crisis climáticas o intereses particulares que generan pobreza y opresión a los más pobres. En términos generales, las causas se conocen, entonces, ¿por qué no erradicamos el hambre del mundo?

Ocarina Castillo es antropóloga, profesora titular de la Universidad Central de Venezuela, es directora del espacio académico “Antroposabores” en la UCV e integrante de la Academia Nacional de la Historia y de la Academia Venezolana de Gastronomía, durante el programa De Primera Mano, que transmite Radio Fe y Alegría Noticias explicó algunas razones de por qué el hambre sigue azotando al mundo.

La profesora partió su reflexión con una pregunta básica de la humanidad: ¿Cómo comer?, es la interrogante que se hace la humanidad desde siempre. El último informe de Naciones Unidas habla del hambre crónica, de la persistencia de contextos en los que no se come y la gente sufre.

¿Qué es la hambruna?

Es una situación en la que hay riesgo de inanición, es decir; morir por hambre. Generalmente esto lo provocan las catástrofes naturales que impactan radicalmente la producción y distribución de alimentos.

El último informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) habla de hambruna y de la necesidad de una respuesta humanitaria en países como Sudán del Sur, Palestina, Mali y Haití, por ejemplo. En estos sitios, la gente corre el riesgo de morir por no consumir las calorías mínimas.

Venezuela, hasta hasta 2021 estuvo en esta categoría, explicó la docente. En la actualidad persisten problemas de desnutrición y un grupo importante de la población no tiene posibilidades económicas de acceder a alimentos de calidad.

El hambre tiene que ver con desigualdad, explotación y formas de dominación que juegan con la dignidad de las personas.

¿Por qué no se erradica el hambre en el mundo?

Si sabemos cuál es el problema, ¿por qué no aplicamos soluciones?

La profesora Castillo considera que la razón está en la existencia de modelos inviables que oprimen a la ciudadanía. Detalló, que los lugares que atraviesan hambrunas también fueron o son víctimas de colonialismo, de discriminación racial y de esclavitud.

En Africa, por ejemplo, algunos países se mueven entre extremos climáticos que imposibilitan producción de alimentos.

También, durante el siglo XX hubo malas prácticas políticas que condenan a la población más vulnerable; como la agricultura extensiva, que no resolvieron el problema de fondo, sino que profundizaron las desigualdades.

El hambre en la infancia

Uno de los grupos etéreos más vulnerables a sufrir consecuencias a largo plazo por mala alimentación son los niños. “Padecer hambre no solo afecta el desarrollo físico sino intelectual de los niños y las niñas”, explicó la docente. El crecimiento se retrasa y no se recupera, precisó.

En el futuro, los niños padecerán dificultades físicas e intelectuales: “somos los que comemos y somos como comemos”, dijo.

Retos globales

El mundo afronta retos impostergables para evitar catástrofes humanitarias. Por ejemplo, los estados deben enfrentar causas asociadas a los autoritarismos, la migración y el cambio climático, que representan una dimensión novedosa para abordar los problemas alimentarios.

Para la antropóloga, abordar el problema de fondo pasa por cuestionar los modelos de desarrollo, de relaciones y de cómo actuamos en los distintos niveles de organización social; replicando las buenas prácticas que promueven la producción y el no desperdicio de alimentos.

Escuche la entrevista que ofreció la profesora Ocarina Castillo sobre el hambre y el informe de la FAO:

Datos de la FAO

En 2025, la FAO estima que se necesitan 1.900 millones de dólares para abordar la inseguridad alimentaria aguda en 49 millones de personas, permitiéndoles producir sus propios alimentos. A pesar de los esfuerzos globales, el hambre persiste, con 733 millones de personas subalimentadas en 2023, equivalente al 9% de la población mundial. África sigue siendo la región más afectada, con un 20.4% de su población sufriendo hambre. 

Se estima que 733 millones de personas en el mundo padecen hambre, y más de 43 millones en 38 países corren riesgo de hambruna, según el Programa Mundial de Alimentos.

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