Luego de la muerte de la reina Isabel II este jueves 8 de septiembre, su hijo, el príncipe Carlos de Gales, ascendió al trono de inmediato, según la antigua máxima latina «Rex nunquam moritur» (el rey nunca muere).
De acuerdo con una nota publicada por El País de España, es probable que el nuevo rey elija llamarse Carlos, pero no tiene ninguna obligación de hacerlo.
«Podría sorprender y utilizar otro de sus nombres, como hizo su bisabuelo en 1901», explicó a la AFP Bob Morris, autor de varios libros sobre el futuro de la monarquía en el Reino Unido.
La duda se despejará en las próximas horas cuando sea proclamado rey por un órgano ceremonial reunido en el Palacio de St. James de Londres.