Este miércoles 14 de abril el presidente de Argentina, Alberto Fernández, anunció varias medidas restrictivas para intentar controlar un nuevo repunte de casos de Coronavirus en el país. En el paquete incluyó un toque de queda y la suspensión de clases presenciales. Pero sobre este último punto inmediatamente se generaron protestas por parte de madres y padres exigiendo la reapertura de las escuelas.
La polémica decisión de Fernández ha crispado los ánimos entre los ciudadanos y en algunos dirigentes de la oposición argentina. La mayoría dice no entender por qué razón el mandatario decidió a cerrar los planteles educativos cuando un extenso informe del Ministerio de Educación reveló que la incidencia de contagios en las escuelas es baja. Un relevamiento nacional de datos de la plataforma de prevención de contagios Cuidar Escuelas indicó que en 5926 establecimientos activos, a los que asisten un total de 1.429.190 estudiantes matriculados y 214.850 docentes y no docentes; mientras que el 1,03 de los docentes dio positivo.
A su vez, las estadísticas de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires también confirmaron que la incidencia de contagios es baja. Desde el ministerio de Educación porteño se indicó que entre el 17 de marzo y el 12 de abril se registraron en escuelas 5006 casos. Y esta cifra representa el 0,71% del total de personas que cursan sus estudios en instituciones educativas.
Con información de La Nación de Argentina