Tarabacoa, un caserío ubicado en el municipio Mejía del estado Sucre, está arropado de grandes necesidades y de historias olvidadas.
En este lugar habitan alrededor de 280 personas en 61 viviendas. Una de ellas es Carmen Bermúdez, quien contó que una de las luchas que tienen a diario es poder adquirir agua potable, pues la que les llega por tubería es poca y se ven en la necesidad de caminar hasta el río, con la suerte de poder encontrarla cristalina para su consumo.
Onécima Rondón, una señora de la tercera edad, compartió que en su caso es más difícil que le llegue agua a su vivienda pues habita en la parte más alta del caserío, razón por la cual no cuenta con el servicio desde hace 8 años. Agregó que por su edad, buscar agua en tobos representa mayor agotamiento físico.
Rondón manifestó que da lástima ver a niños de Tarabacoa pasar hambre o padecer alguna enfermedad como el paludismo, ya que los servicios de salud también son escasos.
Además, poder garantizar alimentos en la mesa también es un desafío: el sueldo no alcanza y el beneficio alimenticio que ofrece el Gobierno Nacional, a través de los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP), dejó de llegar desde hace cuatro meses.
Pasos de un prócer invisibles
El señor Tarsicio, otro vecino de Tarabacoa, comentó que Antonio José de Sucre, el Gran Mariscal De Ayacucho, dio sus primeros pasos en la hacienda Cachamaure, ubicada en este caserío.
Pero lamentó que dicha propiedad se encuentre en estado de abandono, pues los entes gubernamentales no han sido capaces de meter la mano por la hacienda que representa para ellos parte del turismo y de la historia del país.
Tarsicio hizo un llamado urgente a las autoridades del Gobierno para que trabajen en rescatar esta hacienda, que representa para ellos un verdadero orgullo, además de una ayuda para promover el turismo en la región.