Un espacio para caminar con Jesús
Oración de la mañana
Miércoles 19 de febrero de 2025
Por: Mireya Escalante
También somos ciegos (Marcos 8, 22-26)
¿En cuántos momentos de nuestra vida andamos ciegos?. Nos podemos acostumbrar a la ceguera, no ver lo hermoso de la vida, no ver los caminos que tenemos por delante y queremos transitar.
Tendríamos que agradecer si alguien, como al ciego de la historia, nos llevara a Jesús y nos condujera a Su presencia: un amigo, un religioso, una mamá.
Si reconstruimos nuestro encuentro, podemos sentir de nuevo el trabajo que se tomó Jesús, para que lográramos ver. No fue automático.
Nos sacó de nuestro entorno, de eso que nos atraía sobremanera y enceguecía. Se tomó su trabajo, por momentos sentimos mucho más su cercanía, su contacto, caímos en cuenta que había dado su vida por mí, cuando puso su saliva y sus manos perforadas en mis ojos.
Luego, apenas logró ver sombras, figuras, pero sin claridad. Se me sigue acercando con un abrazo de padre cariñoso, cuando pone otra vez sus manos y así poco a poco empiezo a ver claramente.
Ahora veo con precisión los retoños de un Reino que tenemos que construir, serán plantas hermosas las que nacerán, porque ya vemos y sabemos qué tenemos que hacer.
Con Tu presencia Señor, saldremos fortalecidos.
