Una Palabra Oportuna No. 1248

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Espiritualidad. Lunes 26 de julio de 2021.

Por Antonio Pérez Esclarín.

En todo amar y servir

En la frase “en todo amar y servir”, se resume el objetivo último de la espiritualidad ignaciana. Pero Ignacio se apresura en aclarar que el amor se ha de poner en las obras más que en las palabras. En línea con el viejo refrán que dice que obras son amores y no buenas razones, es decir, meras palabras bonitas.

Cuando Ignacio habla de amor no habla de un sentimiento. Habla de obras que son el fruto del amor. Amar a alguien es preocuparse y ocuparse por garantizarle condiciones de vida dignas y oponerse a todo lo que causa su exclusión y su miseria. El amor verdadero es un amor práctico, servicial. Amor como el que practicó Jesús, que dedicó su vida a ayudar, a curar, a dignificar, a liberar, a perdonar. Amor solidario con el que sufre, con el desvalido para ofrecerle vida. Amor humilde, tierno y generoso.

No es lástima ofrecida desde arriba, desde la distancia, que humilla al que la recibe sino compasión que comparte el dolor del otro y se esfuerza en remediarlo.

Amar es gastarse por los demás, irse consumiendo como la vela para dar luz y calor.

En todo amar y servir es el modo de salvar la vida, es decir, de liberarla de la trivialidad y la superficialidad y llenarla de sentido.

Con tu presencia Señor, saldremos fortalecidos.