Interioridad. Jueves 13 de enero de 2022.
Por Hna. Elena Azofra.
¡Qué dicha tener unos minutos para el encuentro con Dios!
Iniciamos con dos respiraciones lentas a la vez que rotamos los hombros hacia atrás.
Nos damos cuenta de los sentimientos que bullen en nosotros al finalizar este día.
El evangelio de hoy tiene una escena sorprendente que podemos imaginar: se acercó a Jesús un leproso, suplicándole: «Si quieres, puedes limpiarme.»
Sintiendo lástima, Jesús extendió la mano y lo tocó, diciendo: «Quiero: queda limpio.»
Reflexionemos acerca de los modos de actuar del leproso y de Jesús:
El leproso pareciera que sabe con certeza el poder sanador de Jesús y por eso apela a su voluntad. SI QUIERES…
Jesús, pudiendo sanar con tan solo LAS PALABRAS QUE PRONUNCIA, elige también el acercamiento Y EL CONTACTO físico, sin temor al contagio.
Fue el mejor día de la vida del leproso: su fe y decisión de pedir sumadas a la fuerza vivificadora de Jesús que le habló y tocó sin miedo, hicieron el milagro.
Hacemos una reverencia profunda ante esta escena. Y suplicamos con fe: ¡Jesús si tú quieres, puedes ayudarme a hacer el bien como tú!
Con tu presencia Señor, saldremos fortalecidos.