Una Palabra Oportuna No. 217

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Una Palabra Oportuna

Espiritualidad. Miércoles 13 de mayo de 2020.

Por Javier Melloni y voz de Javier Fuenmayor SJ.

La Inercia

Avanza la cuarentena y crecen también sus riesgos y peligros. Uno de ellos es la inercia.
La inercia puede convertirse en un ir a la deriva. Entrar en la inercia es abandonarse, no con el abandono de la confianza, sino con el de la dejadez. La inercia supone haber perdido el deseo y el rumbo. Creer que viviremos arrastrando los defectos y vicios de siempre. Inercia es pensar que nada puede cambiar aunque tengamos un discurso lleno de buenas intenciones.

Con la inercia nace el escepticismo, la mirada opaca e irónica sobre los acontecimientos y las personas, como si nada nuevo pudiera traernos. La inercia no viene dando gritos, sino que es un sutil bandido que se va infiltrando poco a poco, quitando el brillo a nuestros ojos hasta hacerlos opacos y paralizarnos del todo.

Frente a la inercia y sus peligros, recordemos las palabras del Evangelio:
«lVigilen!», dice constantemente Jesús a sus discípulos. «Vigilen y velen, no sea que, mientras el mundo arde, ustedes estén dormidos».

Con tu presencia Señor, saldremos fortalecidos.