Oración de la mañana. Domingo 11 de diciembre de 2022.
Por Herlinda Gamboa. Narra Julitze Mayurel.
Cafecito de la esperanza en el tercer domingo de Adviento
Señor Jesús, en nuestro café de este tercer domingo de adviento nos dominan el gozo y la alegría. “Quedan atrás la pena y la aflicción porque mantienes tu fidelidad perpetuamente, haces justicia a los oprimidos, das pan a los hambrientos… Liberas a los cautivos, abres los ojos al ciego, enderezas a los que ya se doblan, amas a los justos. Guardas a los peregrinos. Sustentas al huérfano y a la viuda… Desde la cárcel de esta humanidad junto a Juan el Bautista y todos los profetas seguimos esperado tu venida… Miramos el campesino que aguarda el fruto, esperando con paciencia hasta que recibe la lluvia temprana y la tardía”. Nosotros fortalecemos el corazón en la espera… te sentimos cerca… ¿Eres tú el que ha de venir o tenemos que esperar a otro?
Nos quedamos atentos para escuchar tu respuesta a los discípulos de Juan… Anuncien, “cuéntenle a Juan lo que están viendo y oyendo: los ciegos ven, y los cojos andan; los leprosos quedan limpios y los sordos oyen; los muertos resucitan y los pobres son evangelizados”. Nos fijamos nuevamente en el testimonio de este profeta del desierto…
Necesitamos limpiar la mirada y el corazón para ver los signos evidentes de tu llegada… vienes a desplegar en nosotros todas nuestras capacidades: de ver más allá de lo que ven los ojos materiales… escuchar los lamentos de la gente que sufre… sanar a los infectados de la tierra… hacer caminar a pie a los que necesitan muletas… resucitar lo que está muerto o a punto de morir… y los pobres reciben buenas noticias… “Veo con claridad que lo que la Iglesia necesita hoy es una capacidad de curar heridas y dar calor, cercanía y proximidad a los corazones”.
¡Ven Señor no tardes!
Danos tu amor y gracia que eso nos basta. Amén. PAZ Y BIEN.
Con tu presencia Señor, saldremos fortalecidos.