Actitudes. Miércoles 09 de diciembre de 2020.
Por Antonio Pérez Esclarín.
Aprender a convivir
Si en verdad queremos construir una Venezuela próspera, en paz y productiva, que garantice vida y seguridad a todos, necesitamos con urgencia aprender a convivir.
Ello supone en primer lugar, aprender a no agredir ni física, ni verbal, ni psicológicamente a nadie, requisito indispensable para la convivencia social. La agresión es signo de debilidad moral e intelectual, y la violencia es la más triste e inhumana ausencia de pensamiento.
Valiente no es el que insulta, amenaza, ofende o golpea, sino el que es capaz de dominar sus propias tendencias agresivas y las convierte en canales de encuentro y de construcción de vida; por ello, necesitamos aprender a resolver los conflictos mediante la negociación y el diálogo, de modo que todos salgamos beneficiados de el, tratando de convertir la agresividad en fuerza positiva, fuerza para la creación y la cooperación, y no para la destrucción.
Diálogo que exige humildad, crítica y autocrítica; y sobre todo, búsqueda sincera del bienestar de todos.
Con tu presencia Señor, saldremos fortalecidos.