Espiritualidad. Jueves 24 de diciembre de 2020.
Por José María Rodríguez Olaizola, SJ. Voz Alexander Medina.
Pregón de Navidad
Hermanos:
Hace muchos siglos, Dios miró al mundo,
y sus entrañas se conmovieron,
al ver al hermano enfrentado con el hermano,
al ver el dolor del inocente injustamente golpeado,
al ver los muros que se levantaban entre personas…
al escuchar los lamentos, las plegarias, las llamadas
de quienes se preguntaban: “¿Por qué?”,
y le preguntaban: “¿Dónde estás?”
Y Dios quiso dar respuesta a las preguntas,
y Dios quiso dar alivio a las heridas
y quiso dar horizonte a las historias,
derribar los muros
y devolver a las gentes una humanidad perdida…
y quiso acariciarnos con sus manos,
y hablarnos con su misma Palabra,
amarnos con un corazón de carne,
hacerse uno de nosotros, para abrazarnos en Él.
Y lo hizo.
En Belén de Judá,
a las afueras del pueblo,
porque no tenían sitio en la posada.
De María Virgen, esposa de José,
nació Jesús,
y sus padres lo envolvieron entre pañales
y lo acostaron en un pesebre
Él es palabra que susurra nuestro nombre,
canto de Dios que puebla nuestro silencio,
brillo que enciende las noches,
justicia que repara lo injusto,
con verdad eterna.
Y hoy celebramos su presencia
Dios-con-nosotros,
Dios bueno,
Dios nuestro…
Con tu presencia Señor, saldremos fortalecidos.