Unos centinelas descuidados

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Hospital de Coche/Caracas/Foto: VTV

Luego de que el presidente Nicolás Maduro decretase hace un año el Estado de Alarma por la presencia del nuevo Coronavirus en el país, que ameritaba tomar medidas urgentes en el área sanitaria, se anunció que 47 centros hospitalarios del territorio nacional pasarían a llamarse hospitales “centinelas”, con el fin de dar atención prioritaria a casos de COVID-19.

Con esta nomenclatura se intentaba delimitar el funcionamiento de estos centros de salud para la emergencia que apenas comenzaba a impactar la salud de los venezolanos.

Según un boletín inicial del Ministerio del Poder Popular para la Salud los hospitales centinelas, concebidos solo para recibir y tratar pacientes con sintomatología confirmada de COVID-19, estarían adecuados con salas especiales de cuidados intensivos, equipamiento hospitalario como por camas, ventiladores mecánicos, monitores multiparámetros y bombas de infusión; también tendrían materiales de bioseguridad para el personal sanitario, insumos médico quirúrgicos y equipos de Rayos X.

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Además, los centros debían contar con el funcionamiento óptimo de servicios básicos como agua potable, electricidad, servicio constante de recolección de desechos quirúrgicos y biológicos, junto a la provisión continua de artículos de limpieza y de higiene para las áreas físicas y para el personal que labora.

Igualmente, se estipulaba teóricamente que todo centro sanitario de estas características también debía contar con ambulancias disponibles para el traslado de los pacientes.

Cinco de estos hospitales se ubican en Miranda, al igual que en el estado Bolívar; 4 en el Área Metropolitana de Caraca y 4 en el estado Guárico; Carabobo con 3; Anzoátegui, Mérida, La Guaira, Portuguesa y Zulia con 2 cada uno; y el resto de las entidades, con 1 solo centro centinela.

Esta definición de hospitales centinelas implicaba, forzosamente, que las otras salas de atención, como por ejemplo las consultas médicas y otros servicios generales, quedaban suspendidos indefinidamente en estos espacios.

A este listado de 47 hospitales con esta categoría, el Ejecutivo nacional también fue sumando progresivamente Centros de Diagnóstico Integral (CDI), clínicas privadas y la inusual habilitación de hoteles, con sus respectivas camas y servicios, para tales fines.

No hay cama pa´tanta gente

En principio, el entonces Ministro de Comunicación e Información, Jorge Rodríguez, aseguró el 14 de marzo de 2020 que contaban con 23.723 camas hospitalarias que serían “más que suficiente para la atención de todas y todos aquellos que presenten infección por COVID-19”.

Sin embargo, según estimaciones de la OMS, las 23.723 camas dispuestas para atender la pandemia del COVID-19 en Venezuela equivalían, para ese momento, a 0,8 camas por cada 1000 habitantes.

Este cálculo se basaba sobre la cantidad poblacional de 27 millones 200 mil habitantes, tomando en cuenta que la proyección de la población del Instituto Nacional de Estadística (INE) para 2020 era de un poco más de 32 millones de personas, pero que según ACNUR han emigrado más de 5 millones de venezolanos en los últimos años.

Según la agencia de noticias ARI, que cita un informe de la Dirección General de la Red de Hospitales del Ministerio de Salud, un inventario de los 233 hospitales operativos en el país en 2012 registró que 36 hospitales de entonces, y que hoy en día están en la lista de los centinelas, contaban con 8.381 camas. La cantidad es prácticamente igual a la capacidad de los 47 hospitales centinelas de 2020 de 8.306 camas.

En todo caso habría 75 camas menos disponibles que hace 8 años en estos centros sanitarios.  

De acuerdo a estos datos, y ya desde el año 2014, la OMS certificaba que ese porcentaje de camas disponibles para atender a pacientes con una patología emergente y complicada como ésta, era insuficiente en referencia al promedio de América Latina que se ubicaba en 2.2%.

Por otro lado, el Ministerio de Salud reflejaba en un otro informe que se encontraban disponibles 206 camas en unidades de cuidados intensivos en 45 hospitales, de los cuales 106 camas tenía ventilador y 104 no, mientras 49 eran de aislamiento y maternidad.

Igualmente, 50 de las camas de cuidados intensivos con ventiladores estaban en el Distrito Capital y Miranda, así como 33 de aislamiento y maternidad.

También 11 estados tenían camas sin ventilador y 20 sin camas de aislamiento. En el inventario también se incluyeron CDI de Barrio Adentro.

Otro dato que también confirmaban los boletines oficiales es que de los 47 hospitales centinelas, el 89% pertenecía al Ministerio de Salud; es decir, 42 centros. Mientras que solo 5 integraban la red del Instituto Venezolano de los Seguros Sociales (IVSS); es decir, el 11% restante.

Los dos tipos de centros contemplados dentro de la red hospitalaria del sistema de salud pública del país, caracterizada por diferentes investigaciones como deficiente en los últimos años y sumidos en una profunda crisis sanitaria mucho antes de la llegada de la pandemia.

Sobre este punto de camas con ventilador y de aislamiento, los expertos en salud Félix Oletta y Rafael Orihuela hacían la observación que no solo el número era insuficiente, sino que además debido a la falta de construcción de más hospitales y la deficiente dotación de los ya existentes por parte del gobierno, el pronóstico de éxito para atender los casos crecientes de COVID-19 era sumamente negativo.

Los números de la Academia

Vale recordar que a mediados del mes de mayo de 2020 la Academia Nacional de Ciencias Físicas, Matemáticas y de Ciencias Naturales, emitió un informe en el cual proyectaban que Venezuela podría experimentar un repunte en 1000 y 4000 casos diarios, cuya realidad repercutiría sustancialmente en la capacidad de atención de los hospitales.

Para las dos primeras semanas de ese mes número 5, Venezuela registraba 414 casos positivos, 193 pacientes recuperados y 10 fallecidos.

Luego, en octubre de 2020, los académicos volvieron a alertar al país al señalar que en el mes de diciembre, según sus proyecciones, se experimentaría un nuevo repunte entre 7 mil y 14 mil diarios de Coronavirus.

Ambos cálculos matemáticos fueron desestimados por el gobierno, al punto que uno de sus principales voceros, Diosdado Cabello, en su programa de televisión advirtió que a los científicos les «salía una visita» por parte de funcionarios de inteligencia policial.

El Poliedro de Caracas como hospital de campaña

A pesar de que diariamente la Comisión Presidencial para la COVID-19 informaba de un número reducido de casos positivos y de fallecimientos en comparación con lo que reportaban otros países, incluidos de la fegión, a mediados del mes de julio de 2020 el gobierno central decidió habilitar al Poliedro de Caracas como un «hospital de campaña» para pacientes asintomáticos.

De esta manera, el principal escenario de grandes espectáculos de Venezuela se convertía en un centro de salud para albergar a un número indeterminado de pacientes a través del acondicionamiento de salas de hospitalización provisionales.

Foto: El Universal

La medida fue criticada por algunos de los especialistas en la materia quienes alegaban que un espacio frecuentemente utilizado para espectáculos musicales, culturales y deportivos, no podía ser utilizado para alojar a pacientes con síntomas de coronavirus, en virtud de la inexistencia de requerimientos básicos como ventilación y agua potable.

Por otro lado, dirigentes políticos de oposición y varios diputados de aquel momento, como Juan Guaidó, Miguel Pizarro y José Manuel Olivares, criticaron la decisión e indicaron que la misma obedecía a la preocupante improvisación e incapacidad del gobierno para atender la emergencia sanitaria.

El Ejecutivo hizo caso omiso de las observaciones técnicas y de críticas políticas. Pero el punto más cuestionado de esta decisión fue la designación del ex beisbolista y también cantante, Antonio «El Potro» Álvarez, como director del hospital del Poliedro.

El gremio médico del país rechazó contundentemente el nombramiento al considerar que Álvarez desconocía por completo el área de salud. Además, calificaban la acción gubernamental como una bofetada a los médicos venezolanos, quienes ya para ese entonces venían sufriendo de varias muertes por contagios de COVID-19.

Números que no cuadran y segunda ola

Desde entonces y hasta la fecha los balances diarios de casos confirmados solo reflejan el número de pacientes recuperados y cuántos están en condición de leve, moderada y delicada complicación.

Pero el dato de cuántos están recluidos en los hospitales centinelas, CDI y clínicas no suele aparecer en los boletines de la comisión presidencial. En ese sentido, en términos oficiales no se sabe exactamente en qué condiciones se encuentran los centros hospitalarios.

Otro de los aristas que se ha asomado en el funcionamiento de estos 47 centros es el tema de la provisión de los fármacos y la aplicación de los tratamientos para pacientes declarados como contagiados.

Hasta la saciedad tanto el mandatario venezolano como la presidenta de la Comisión, Delcy Rodríguez, insistían desde el inicio de la declaratoria de la emergencia sanitaria que dichos insumos eran garantizados gratuitamente para las curaciones.

Sin embargo, testimonios de familiares y de algunos médicos que durante estos largos meses han sido recogidos por los medios de comunicación, dan cuenta de que en más del 60% de los casos eso no es verdad.

Los familiares de algunos pacientes han tenido que costear los tratamientos por cuenta propia porque los mismos no les eran suministradas en la red hospitalaria pública.

Recientemente, el diputado a la AN y también médico, José Manuel Olivares, denunciaba que dos clínica privadas de Caracas estaban totalmente colapsadas de pacientes con COVID-19.

En la publicación, el político aseguraba que en los dos centros de salud se habían cerrado los ingresos de pacientes porque se había copado su capacidad de albergue y hospitalización.

Por su parte, el doctor Héctor Marcano, vicepresidente de la junta directiva de la Clínica El Ávila, en Caracas, confirmaba que tuvieron que habilitar otro piso para atender a pacientes con coronavirus debido al aumento en la demanda de camas.  

Las declaraciones de Marcano sintonizaban con la advertencia de Olivares: las clínicas en la capital de la República se enfrentan a una “enorme presión para la atención de pacientes con coronavirus” y, en algunos casos, los servicios de emergencia se han visto saturados

Señales que pudieran indicar que, por un lado, los hospitales centinelas también estarían abarrotados de contagiados, aunque esas cifras no aparezcan en los boletines y, por el otro, que cada vez más personas que presentan ciertos síntomas prefieren acudir a centros privados y no a los públicos, por temor a no ser bien atendidos y con negativas consecuencias.

Hospital Universitario de San Cristóbal/Archivo

Entre finales del mes de enero y principios de febrero, por ejemplo, la gobernadora del estado Táchira, Laydi Gómez, alertaba sobre el colapso tanto del hospital central de San Cristóbal como de la carpa habilitada en los alrededores del centro para atender a pacientes contagiados.

Indicaba la mandataria regional que el colapso no solo se distinguía por la ya sobrepasada capacidad de hospitalización, sino también por la insuficiencia de médicos tratantes, enfermeras y fármacos para abordar a los enfermos.

El Hospital Universitario de Maracaibo también ha sido fiel reflejo de la complicación que ha supuesto la aparición continua de casos positivos. Diversos relatos e historias de pacientes, familiares y personal sanitario así lo confirman.

En conclusión, la poca preparación y la adecuación de la red hospitalaria del sistema nacional de salud pública del país ha repercutido en una atención de calidad para los pacientes contagiados de COVID, sus familiares y trabajadores sanitarios, que al final también han salido perjudicados por no contar con suficientes provisiones de kits de bioseguridad que incluyen mascarillas, antibacteriales, agua potable y productos de limpieza.

Amén de que la opacidad informativa por parte del gobierno complica determinar y evaluar cómo ha sido el funcionamiento de estos centros sanitarios llamados centinelas durante el desarrollo de la pandemia, y cuya segunda ola, según los estudiosos, comienza a experimentar Venezuela.

Estos son los 47 centros centinelas declarados inicialmente por el gobierno nacional

  • Hospital Dr. José Gregorio Hernández de Puerto Ayacucho (Amazonas).
  • Hospital General Dr. Felipe Guevara Rojas de El Tigre (Anzoátegui).
  • Hospital Dr. Luis Razetti de Barcelona (Anzoátegui).
  • Centro de Diagnóstico Integral (CDI) Luchadores por la Salud en Santa Cruz (Aragua).
  • Hospital Central de Maracay (Aragua).
  • Hospital Dr. Pablo Acosta Ortiz, San Fernando (Apure)
  • Hospital Dr. Luis Razetti (Barinas).
  • Hospital Rosario Vera Zurita en Santa Elena de Uairén (Bolívar). 
  • Hospital Dr. Raúl Leoni del IVSS en Ciudad Guayana (Bolívar). 
  • Complejo Hospitalario Universitario Ruiz y Páez (Bolívar). 
  • Ciudad Hospitalaria Dr. Enrique Tejera París (Carabobo). 
  • Hospital Simón Bolívar de Mariara (Carabobo). 
  • Hospital Dr. José Francisco Molina Sierra del IVSS (Carabobo).
  • Hospital General Dr. Edgar Nucete en San Carlos (Cojedes).
  • Complejo Hospitalario Dr. Luis Razetti de Tucupita (Delta Amacuro).
  • Hospital General Dr. José Ignacio Baldó de El Algodonal en Antímano (Distrito Capital). 
  • Hospital Dr. Jesús Yerena de Lídice (Distrito Capital). 
  • Hospital Dr. Leopoldo Manrique Terrero de Coche (Distrito Capital).
  • Hospital Universitario Dr. Alfredo Van Grieken de Coro (Falcón).
  • Hospital Simón Bolívar de Valle de La Pascua (Guárico). 
  • Hospital Dr. Francisco Urdaneta Delgado de Calabozo (Guárico). 
  • Hospital Dr. Israel Ranuárez Balza de San Juan de Los Morros (Guárico.
  • Centro de Diagnóstico Integral (CDI) de Guaracarumbo en Catia La Mar (La Guaira). 
  • Hospital Dr. José María Vargas del IVSS en Macuto (La Guaira). 
  • Hospital Naval Dr. Raúl Perdomo Hurtado de Pariata (La Guaira).
  • Centro de Diagnóstico Integral (CDI) de San Jacinto (Lara). 
  • Hospital General Dr. Armando Velásquez Mago (Lara). 
  • Hospital IV de El Vigía (Mérida). 
  • Instituto Autónomo Hospital Universitario de Los Andes (Mérida). 
  • Hospital Victorino Santaella (Miranda). 
  • Hospital Ana Francisca Pérez de León II (Miranda). 
  • Hospital Domingo Luciani (Miranda). 
  • Hospital General Simón Bolívar (Miranda). 
  • Hospital Dr. Eugenio P.D. Bellard (Miranda). 
  • Hospital General de Higuerote (Miranda). 
  • Hospital Dr. Manuel Núñez Tovar (Monagas). 
  • Hospital Dr. Luis Ortega de Porlamar (Nueva Esparta). 
  • Centro de Diagnóstico Integral (CDI) (Nueva Esparta). 
  • Hospital Universitario Dr. Jesús María Casal Ramos de Araure (Portuguesa).
  • Hospital Dr. Miguel Oraa de Guanare (Portuguesa). 
  • Hospital Universitario Antonio Patricio de Alcalá (Sucre). 
  • Hospital Universitario de San Cristóbal (Táchira). 
  • Hospital Dr. Pedro Emilio Carrillo de Valera (Trujillo). 
  • Hospital Central Dr. Plácido Daniel Rodríguez Rivero de San Felipe (Yaracuy).
  • Hospital Universitario de Maracaibo (Zulía). 
  • Hospital Santa Bárbara (Zulía). 

Fuentes: Ministerio del Poder para la Salud/VTV/Agencia de noticias ARI/