Coronavirus Venezuela: la “bomba de tiempo” que nunca explotó

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En 2019 Venezuela quedó en el puesto 176 de 195 en el ranking de países incluidos en el Global Health Security Index, una evaluación mundial de la capacidad de los sistemas de salud en el mundo. Foto: AFP.

El 13 de marzo de 2020 la vicepresidenta ejecutiva de la República, Delcy Rodríguez, confirmó los dos primeros casos de Coronavirus en Venezuela; un día después, el exministro de Comunicación e Información, Jorge Rodríguez, anunció la detección de ocho nuevos casos de COVID-19.

Luego de dos semanas, Delcy Rodríguez reportó el primer fallecido por la enfermedad en el país.

La rápida expansión del brote prendió las alarmas y el miedo a contagiarse era tan grande que hizo a las personas cumplir a rajatabla con la cuarentena, en un país donde los especialistas proyectaban un escenario “terrible”, con una Crisis Humanitaria Compleja de instalación lenta, desnutrición importante en su población infantil, servicios básicos de agua y electricidad intermitentes o inexistentes. La metáfora de que el país se dirigía hacia una tormenta de categoría 5, al final no fue así.

De hecho, José Miguel Vivanco, director de Human Rights Watch para las Américas, dijo en 2020 que «lo de Venezuela es una bomba de tiempo que está a punto de estallar».

¿Cuál era el panorama?

En 2019, Venezuela quedó en el puesto 176 de 195 en el ranking de países incluidos en el Global Health Security Index, una evaluación mundial de la capacidad de los sistemas de salud en el mundo.

Carteles que avisan sobre el desabastecimiento de agua en el Hospital Central Universitario de Caracas, Venezuela 2019. Foto: Reuters. 

El sistema venezolano recibió 23 de 100 puntos en una evaluación que tomó en cuenta la capacidad de prevenir enfermedades, detectarlas y reportarlas, capacidad de respuesta rápida, capacidad del sistema de salud (acceso, estado de los hospitales), cumplimiento de reglas sanitarias internacionales y los riesgos en el entorno, como la situación económica y política.

En el indicador específico sobre el sistema de salud, Venezuela tuvo 12.9 puntos de 100.

La Encuesta de Condiciones de Vida (Encovi), elaborada por la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB) en 2019, reflejó que 166 mil niños (8%) menores de 5 años calificaron como desnutridos desde el indicador peso para la edad; 639 mil niños (30%) menores de 5 años padecían de desnutrición crónica.

En cuanto al servicio de agua potable, el Observatorio Venezolano de los Servicios Públicos (OVSP) pudo documentar hasta el cuarto trimestre de 2019 que tuvo importantes índices de valoración negativa en torno a su desempeño con un 65,9%.

Con todo ese panorama la pandemia para Venezuela pintaba “feo”, expresó el médico infectólogo Julio Castro en una entrevista con los periodistas Luis Carlos Díaz y Naky Soto, y que más allá del subregistro de contagios por Coronavirus en el país que pudiera haber, el impacto del brote no fue tan duro como en los países vecinos.

“Cuando medimos el impacto tangible: cantidad de gente yendo a los hospitales, gastos, entre otros, con Colombia, Ecuador o Perú, que son nuestros vecinos parecidos, Venezuela tuvo un impacto menor, no hay ninguna duda de eso”, dijo el experto.

La teoría del Dr. Castro, que aún no está respaldada con estadísticas, indica que ese escenario “terrible” para Venezuela no se dio por dos razones: la restricción de la movilidad por la escasez de gasolina y la hiperinflación.

Para el infectólogo la transmisión del virus es una fórmula matemática: movimiento es igual a transmisión, o al revés, transmisión es igual a movimiento y desde 2016 el país registra una importante restricción del combustible.

“Si las personas no se mueven transmiten menos, entonces, yo le pregunto a la gente ¿desde cuándo tú no vas a visitar a tu tía que vive en San Cristóbal? Desde hace 5 años porque aquí el problema de la gasolina comenzó hace 5 años y eso no tiene que ver con la pandemia. Esa estatización, o falta de movimiento, claramente debe influir sobre la transmisión viral”, acota el Dr. Castro.

El otro factor que pudo incidir en que la infección no se expandiera es la hiperinflación.

“Cuando tú tienes una economía con 3.000% – 4.000% de inflación anual hace que la dinámica de transmisión del virus sea mucho menos eficiente”, indica el médico.

Refirió que hasta el momento la epidemia ha sido más intensa en países de alto desarrollo económico con mucha cantidad de gente en la calle, “con transporte público eficiente”.

En cuanto a impacto por la pandemia, Castro comparó a Venezuela con África, pues, a su juicio, ambas sociedades tienen una baja transmisión del virus debido a que sus movimientos económicos son “precarios”.

Pocas pruebas realizadas con PCR

El diagnóstico de los pacientes con Coronavirus ocurre después del contagio, es por ello que el número de casos confirmados solo representa una parte de todas las personas contagiadas en un momento determinado. Por lo tanto la capacidad de diagnóstico influye en la cantidad de casos que se reporta.

El gobierno de Venezuela suele informar todos los días a diferentes horas la cantidad global de pruebas que se realizan en el país, aunque no especifica cuántas son serológicas (también llamadas “pruebas rápidas”) y cuántas PCR (Polimerase Chain Reaction, en inglés).

Hasta finales de julio de 2020 Venezuela realizó un millón y medio de pruebas diagnósticas para COVID-19, pero únicamente entre 5% y 6% fueron pruebas moleculares PCR. Foto: @Mincyt_VE.

La OMS ha declarado que las llamadas “pruebas rápidas” de detección de anticuerpos o las que detectan antígenos no deben ser utilizadas para el diagnóstico del Coronavirus porque dependiendo del momento en que sean aplicadas, pueden arrojar falsos negativos.

Si un organismo tiene el virus, pero la prueba se hace antes de que haya creado anticuerpos, el resultado será negativo. La OMS solo aprueba el uso de las «pruebas rápidas» para investigaciones.

La OMS señala que “el porcentaje de muestras positivas sólo se puede interpretar si hay una vigilancia exhaustiva y pruebas de casos sospechosos en el orden de 1 por cada 1.000 habitantes por semana”. Es decir, cada semana se deben hacer al menos 1.000 pruebas PCR por cada millón de habitantes.

Hasta finales de julio de 2020, Venezuela realizó un millón y medio de pruebas diagnósticas para COVID-19, pero únicamente entre 5% y 6% fueron pruebas moleculares PCR, informó la Oficina de las Naciones Unidas para Asuntos Humanitarios (OCHA, por sus siglas en inglés).

El 2 de agosto de 2020, en la actualización de su informe de situación sobre Venezuela, la OCHA aseguró que de 1 millón 511 mil 433 pruebas realizadas hasta el 28 de julio, solo alrededor del 5% al 6% son pruebas PCR: entre 75 mil 571 y 90 mil 685.

Sobre este tema, Julio Castro es enfático al decir que es inaceptable que Venezuela sea el país con peor relación PCR per cápita.

“Se ha demostrado en el mundo que mientras más PCR hagas mayor capacidad tienes de controlar la epidemia. Aquí (en Venezuela) ha habido oportunidades, aquí hay destrezas personales para que el país estuviera haciendo 12.000 PCR al día. Aquí hay laboratorios del mundo académico que no son privados, hay otros que sí los son con capacidad de hacer PCR, tenemos pruebas para hacer 6.000 o 7.000 antígenos diarios. Al final, en mi opinión, esto es un tema de voluntad, no de capacidad”, argumentó Castro.

Agregó que mientras no haya información creíble ni boletín epidemiológico, la nación caribeña tiene una debilidad “terrible” de combate contra el virus.

En esa misma línea opina Jaime Lorenzo, director de la ONG Médicos Unidos Venezuela, quien dice que en el país no hay una caracterización de la enfermedad real.

“Lo sabemos porque el número de enfermos que reportan los voceros oficiales están circunscriptos a un estado, pero en ese estado ¿en cuál municipio o en cuál parroquia o en cuál sector están? Y esa es una situación que debemos entender que para poder tomar decisiones con el fin de evitar la propagación se debe conocer dónde se está comportando la enfermedad de una manera anómala”, aseguró Lorenzo.

Criticó que entre los voceros del gobierno nacional, quienes regularmente ofrecen información sobre los nuevos contagios de Coronavirus, no esté el ministro de Salud, Carlos Alvarado.

“Es grave que entre ellos no esté el ministro de Salud porque quien debe dar la información y dar los mensajes institucionales en una epidemia o es el ministro de Salud o es la persona encargada en el manejo operativo de la misma, o los dos. La vocería de alto nivel se deja para anuncios de gran importancia y de relevancia para el país porque se supone que se tiene jerarquizaciones dentro del gobierno, cosa que no ocurre por lo que estamos observando”, refirió Lorenzo.

En cuanto al número de laboratorios certificados para procesar las pruebas de COVID-19 en Venezuela, Radio Fe y Alegría Noticias pudo conocer que existen siete:

  • El Instituto Nacional de Higiene, ubicado en Caracas.
  • Un departamento de virología en el Instituto Venezolano de Investigaciones Científica, ubicado en Caracas.
  • Un laboratorio ubicado en Yaracuy.
  • Un laboratorio ubicado en Zulia.
  • Un laboratorio ubicado en Táchira.
  • Un laboratorio ubicado en Nueva Esparta.
  • Un laboratorio de biología molecular ubicado en Miranda.

En el más reciente informe de la OCHA sobre Venezuela recomienda seguir ampliando la capacidad diagnóstica de la enfermedad, así como su descentralización en todo el país por pruebas confirmatorias de COVID-19 (PCR y antígenos) para la población en general y grupos de riesgo como trabajadores de salud, tercera edad, población migrante e indígena.

Otro elemento que la organización calificó como clave es continuar monitoreando el acceso a los servicios de salud COVID-19 y no COVID-19, y el posible impacto que sobre ellos pueda tener el probable aumento de casos y defunciones durante la segunda oleada.

Mercado “Las Pulgas” como epicentro del contagio

El gobernador del estado Zulia, Omar Prieto, anunció el cierre indefinido del mercado Las Pulgas el domingo 24 de mayo de 2020 tras calificarlo como “epicentro” del Coronavirus en Venezuela.

En una alocución de su programa “Zulia mía”, el mandatario regional expresó que el mercado, uno de los centros económicos más importantes de Maracaibo, estaba tomado por tener un “alto nivel” de contagio.

Sin embargo, 39 días antes Omar Prieto amplió el horario de trabajo de los mercados municipales de tres a cuatro días, esto como respuesta a la denuncia de los vendedores informales sobre la necesidad de tener un días más de trabajo para poder llevar el sustento necesario a sus casas.

Las condiciones de salubridad en centros de concentración popular como el mercado de «Las Pulgas» ya eran dudosas antes de la pandemia y los expertos advirtieron que podría favorecer a la propagación del virus, y así ocurrió.

“En ‘Las Pulgas’ hay gente con esa vaina. Mejor compro aquí, aunque sea más caro”, dijo Ana, un ama de casa en Maracaibo al medio de comunicación Crónica.Uno el 11 de junio de 2020.

El miedo a ser llevado por los organismos de seguridad del Estado para el Hospital Universitario a cumplir cuarentena era feroz.

«Qué más nos puede pasar, sin luz, sin comida, sin agua, sin gasolina y ahora con esta enfermedad… será que estamos malditos”, le contestó un vecino de Maracaibo a Ana, que cubría su rostro con una franela simulando ser un tapaboca.

Dos meses después de haberse detectado el foco de COVID-19 en el mercado “Las Pulgas” los contagios pasaron de una decena a miles.

Con el incremento de los casos vinieron los decesos que reportaba a diario el gobierno nacional. En una oportunidad por el foco de “Las Pulgas” se contabilizó 31 muertes, que en su momento representó el 22% del total de decesos en el país a causa de la enfermedad.

Asimismo este brote del mercado concentró no menos de 1.300 casos, según las cuentas que algunas veces especifican las autoridades del país en sus reportes diarios.

Cuando este foco se extinguió los voceros del gobierno nacional no lo informaron de manera oficial. Mientras pasaban los días los cientos de casos que se detectaban a diario bajaron a decenas, luego reportaban algunos contagios, hasta que no se registraron más y se dio por sentado que este foco había sido controlado.

El martes 25 de agosto reabrieron los mercados municipales en Maracaibo, entre ellos el de “Las Pulgas” a tres meses de confirmarse los primeros casos de Coronavirus en esa zona comercial.

Las “gotitas milagrosas” con estudio en Amazon

El presidente de la República, Nicolás Maduro, presentó el domingo 24 de enero de 2021 el medicamento Carvativir, el cual neutralizaría el COVID-19 en un 100%.

Según Maduro el producto Carvativir neutralizaría el Coronavirus en un 100%. Foto: Prensa Presidencial.

“Habiendo recibido el permiso sanitario oficial del país, puedo presentar la medicina que neutraliza el 100% del Coronavirus, el Carvativir, mejor conocido como las gotitas milagrosas de José Gregorio Hernández”, así dio a conocer el jefe de Estado al tratamiento que, según él, es producto de estudios clínicos, científicos y biológicos que se extendieron durante nueve meses.

En el proceso de experimentación habrían incluido a enfermos, moderados y graves de Coronavirus, quienes siempre, de acuerdo con Maduro, se recuperaron de la enfermedad gracias a estas gotas.

“Diez gotitas debajo de la lengua, cada cuatro horas, y el milagro se hace, es un poderoso antiviral, muy poderoso que neutraliza el Coronavirus”, insistió Maduro, para luego señalar que todo lo relacionado con este producto “se va a publicar en revistas internacionales”.

A pesar de que el presidente de Venezuela dijera que el estudio del Carvativir se difundiría en revistas científicas, hasta la fecha lo que existe es una investigación sobre las “gotitas milagrosas” en Amazon.

El estudio del Carvativir está publicado en Amazon, Foto: captura de pantalla.

El estudio podría obtenerse pagando un costo de cinco dólares, pero ya no está disponible por el momento. Tiene como título: “Fase I y II. Actividad Antiviral Del Isothymol en Pacientes COVID-19”.

Manuel Enrique Figuera, vicepresidente de la Sociedad Venezolana de Infectología (SVI), aseguró a Radio Fe y Alegría Noticias que en ese trabajo se habla de un estudio a 100 pacientes que le dieron el medicamento Carvativir, sin ningún tipo de comparación.

“Simplemente se les dieron las goticas a estas personas y se dice que 50 mejoraron, lo cual es absurdo porque realmente los estudios deben ser comparativos. ¿Cómo sabemos que esas personas mejoraron con esas goticas, o mejoraron con otros tratamientos que les pusieron?”, se preguntó el especialista.

Doctores como Julio Castro sobre las “gotitas milagrosas” del Carvativir insisten en que el Carvativir “no es ciencia”, y por tanto no lo recomiendan.

Deudas, vacunas y variante

Ante la pandemia por Coronavirus, la OMS manifestó que para poner fin a la crisis global no solo se necesitan vacunas contra la COVID-19, sino que es fundamental asegurarse de que todas las personas en el mundo tengan acceso a ellas, a través del mecanismo COVAX.

Para ello conformó una coalición integrada por 172 países con el objetivo de acelerar la búsqueda de una vacuna eficaz para todas las naciones, y al mismo tiempo apoyar la creación de capacidades de fabricación, comprando suministros con antelación a fin de que 2.000 millones de dosis se puedan distribuir equitativamente para finales de 2021, lo que debería ser suficiente para proteger a las personas vulnerables y de alto riesgo, así como a los trabajadores de la salud de primera línea.

Todas las naciones que formen parte del mecanismo, independientemente de sus niveles de ingresos, tendrán el mismo acceso a estas vacunas una vez que se desarrollen.

El Estado venezolano debe pagar al menos 130 millones de dólares para poder acceder al sistema COVAX. Foto: OPS.

Dicha instancia fue llamada COVAX y Venezuela para acceder a estas vacunas contra la COVID-19 primero tiene resolver un gran “pero”.

El Estado venezolano debe pagar al menos 130 millones de dólares para poder acceder al sistema COVAX, y así comprar 12 millones de dosis de vacunas.

Venezuela desde hace cuatro años le debe alrededor de 11 millones de dólares al Fondo Rotatorio de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), un sistema aparte.

Esta situación es compleja en el sentido de que si no se tiene 11 millones de dólares para pagar al Fondo Rotatorio, menos es posible cancelar 130 millones de dólares para acceder al sistema COVAX.

Con el fin de encontrar una solución el chavismo y la oposición crearon una Mesa Técnica para el acceso al mecanismo COVAX, la cual está integrada también por la Organización Panamericana de la Salud y el gremio médico venezolano.

Al día en que este trabajo periodístico se publicó aún no hay avances en cuanto a las discusiones que tienen como objetivo acordar el primer pago de Venezuela a COVAX, y así poder entrar en un anuncio de distribución de esta vacuna.

Rodríguez recibió junto al canciller Jorge Arreaza; el embajador ruso en Caracas, Sergey Mélik-Bagdasárov y el ministro de Salud, Carlos Alvarado el primer cargamento de vacunas Sputnik V en el Aeropuerto Internacional de Maiquetía el 2 de octubre de 2020. Foto: @NicolasMaduro.

Fue el 2 de octubre de 2020 cuando la vicepresidenta ejecutiva de la República, Delcy Rodríguez, informó que llegó al país la vacuna Sputnik V contra la COVID-19 para su estudio de fase III. El 13 de marzo de 2021 la funcionaria informó sobre el arribo al país del primer lote de la vacuna rusa contra la COVID-19 Sputnik V.

Cinco meses después y al filo de la medianoche el lunes 1 de marzo de 2021 llegaron a Maiquetía 500 mil dosis de la vacuna china Sinopharm contra el Coronavirus.

En horas del mediodía del sábado 6 de marzo desembarcó a Venezuela el segundo lote de 100 mil vacunas Sputnik V contra la COVID-19.

El Ministro de Salud, Carlos Alvarado, indicó desde el Aeropuerto Internacional “Simón Bolívar”, en Maiquetía, que en el mes de marzo de 2021 más de 80 mil médicos y médicas, personal que está en la primera línea atendiendo el COVID-19 en Venezuela se encuentra inmunizado y que no han registrado efectos secundarios en los vacunados.

Dijo que con este segundo lote de 100 mil vacunas que llegaron de Rusia ya son 700 mil dosis de vacunas que tiene Venezuela contra el Coronavirus: 500 mil provenientes de China y 200 mil de Rusia.

Alvarado expresó que la meta del 2021 es inmunizar al 70% de la población venezolana.

“Con Rusia hemos firmado acuerdos, en esta cooperación bilateral, para obtener 10 millones de vacunas Sputnik V que tiene un 91% de efectividad y que en su primera fase ha tenido muy buenos resultados en términos de que no ha generado mayores efectos secundarios en las personas que se han inmunizado”, afirmó el ministro de Salud.

Después de lo que los expertos llaman un relajamiento de la sociedad ante pandemia, el presidente de la república, Nicolás Maduro, confirmó en una alocución nocturna del miércoles 3 de marzo la detección de la variante del Coronavirus proveniente de Brasil.

El mandatario explicó que hasta los momentos esta mutación de la COVID-19 se ha localizado en las parroquias 23 de Enero y El Junquito de Caracas, con dos casos, en el sector Nueva Casarapa del estado Miranda, también con dos casos y en una zona que no identificó del estado Bolívar con 6 registros.

También precisó que hasta ese momento se encuentran 10 personas hospitalizadas “y aisladas a que han dado positivo y estudiando todos sus vínculos”, al tiempo que explicó que por la agresividad de esa nueva variante se tomarán medidas especiales de prevención.

El 5 de marzo Maduro anunció los primeros dos fallecidos a causa de la variante brasilera del Coronavirus.

“Alerté hace días a nuestro país de la variante brasilera de COVID-19. De las personas contagiadas en Caracas fallecieron dos. Estamos haciendo un esfuerzo muy grande para detectar y aislar esta nueva variante”, expresó Maduro en la Plenaria Extraordinaria del IV Congreso del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV).

Las personas muertas debido a la mutación brasilera de la COVID-19 tenían 40 y 50 años respectivamente, dijo Maduro

El jefe de Estado dijo que el lunes 8 de marzo comenzará la vacunación en el país con la vacuna china y rusa.

Sobre este tema Santiago Bacci, médico infectólogo, expresó a Radio Fe y Alegría Noticias que la mutación brasilera de la COVID-19, detectada en Venezuela, tiene mayor índice de contagio y que faltaría determinar el impacto en la mortalidad.

“Lo que sabemos es que este virus aparentemente tiene mayor índice de contagio, es decir, tiene la capacidad de contagiar a más personas por cada enfermo. Lo que no sabemos con certeza es el impacto en la mortalidad y en las hospitalizaciones, que es lo que se está investigando”, explicó Bacci.

Indicó que otra cosa es ver si los habitantes inmunizados con las vacunas disponibles en Venezuela contra la COVID-19, como la china o la rusa, tienen inmunidad sobre esta variante o no.

Según indica una investigación de la BBC Mundo un equipo de científicos de Brasil y del Imperial College de Londres estudió la composición genética del Coronavirus en algunos de los pacientes infectados con la mutación brasilera en Manaos (Brasil) entre noviembre y diciembre de 2020, además de modelar los resultados de la pandemia.

Los investigadores afirmaron que la variante probablemente surgió a principios de noviembre de 2020, y se extendió rápidamente hasta volverse dominante y provocó muchas reinfecciones.

Alto precio para la salud mental

Abel Saraiba, psicólogo, psicoanalista y coordinador de Cecodap afirmó a Radio Fe y Alegría Noticias que uno de los elementos que más ha afectado al venezolano a partir de la pandemia es su salud mental.

El 38% de los casos que atendió el Servicio de Atención Psicológica de Cecodap durante 2020 presentaron algún tipo de alteración del estado de ánimo, es decir, ansiedad, depresión, los cuales a su vez reflejaron tener un 20% riesgo suicida. Imagen: cortesía.

Piensa que ha tenido un impacto tremendo y quizás por lo menos igual a los efectos físicos que ha causado el COVID-19 en la población “porque el confinamiento, la incertidumbre, las dificultades económicas asociado a los riesgos de enfermar han generado en la población sensación de ansiedad, tristeza, depresión, irritabilidad, desesperanza y todo esto ha implicado pagar un alto precio para la salud mental”.

En todo el 2020 el Servicio de Atención Psicológica de Cecodap realizó un total de 3.900 consultas de las cuales el 80% se hicieron de manera remota.

De ese total de consultas destacó que el 70% de los pacientes fueron niños, niñas y adolescentes.

Otro dato importante es que aproximadamente el 38% de los casos que recibieron presentaron algún tipo de alteración del estado de ánimo, es decir, ansiedad, depresión, los cuales a su vez reflejaron tener un 20% riesgo suicida.

“Estamos hablando de que más o menos 1 de cada 4 personas se ha visto afectada emocionalmente por la pandemia y de ellas a su vez pudiéramos estimar que cerca de 1 de cada 10 presentaría algún grado de riesgo suicida”, argumenta Saraiba.

Acota que la pandemia por Coronavirus es un problema de magnitud importante que afecta a la población y sobre todo en un país que tiene una infraestructura muy “precaria” en materia de atención a la salud mental, “y aún más cuando se trata de niños, niñas y adolescentes”.

Indicó que han detectado alrededor de un 14% de los casos relacionados con violencia.

“Si uno escucha el porcentaje se podría pensar que no es tan alto, sin embargo lo que vemos es que hubo un repunte tan marcado de las alteraciones del estado de ánimo que pareciera que se invisibiliza un poco la violencia, pero hay muchos casos donde hay ansiedad y depresión en el que también se presenta una dinámica de violencia”, expresó Saraiba.

Indicó que en 2020 observan una cantidad mayor de casos asociados a violencia tanto contra niños y niñas como violencia basada en género, “es uno de los elementos que han estado apareciendo de manera más marcada durante la pandemia y coincide con lo que encontramos en las tendencias en el mundo hoy”.

Los informes científicos y organizaciones internacionales que alertaron sobre la proyección de la pandemia en Venezuela vieron como al final el peor escenario no se materializó.

Las primeras tesis apuntan a que la transmisión de la enfermedad se facilita en los países del primer mundo donde la escasez de gasolina es impensable, mientras que en la nación suramericana es el pan de cada día desde hace cinco años en varios estados.

En medio de esto Venezuela enfrenta su segunda oleada de casos; ahora con la variante brasilera en su suelo, ¿seguirá sin explotar la bomba de tiempo?