¿Y quién aboga por los «presos» comunes?

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No cabe duda que para la mayoría de los familiares de las personas que han resultado beneficiadas con los indultos presidenciales concedidos este lunes 31 de agosto el alivio y la tranquilidad de tener consigo a sus seres queridos es gran noticia llena de alegría.

Sin restarle importancia a estas buenas nuevas, los familiares, abogados defensores y activistas de Derechos Humanos en el país se preguntan por qué no se procede con medidas similares hacia los privados de libertad que no son considerados como presos políticos o gocen de alguna condición especial.

Luis Manuel Guevara, coordinador de la ONG Observatorio Venezolano de Prisiones en el estado Bolívar, conversó con Radio Fe y Alegría Noticias este martes 1 de setiembre abordando esta situación en los centros penitenciarios de la entidad.

Señalaba en primer lugar que los internos se encuentran actualmente en un alto grado de vulnerabilidad sobre todo en las condiciones que tienen que ver con la alimentación y la salud.

En relación al tópico de los estados de salud de los internos, el activista de derechos humanos destaca que, aunque sin un número preciso, varios privados de libertad han muerto de tuberculosis en centros penitenciarios de la entidad.

Asegura que esta enfermedad está de primera en la lista como causa de muertes de personas detenidas.

De hecho, expuso una situación que se presentó en los calabozos del CICPC de la ciudad de San Félix donde se había alojado la bacteria estafilococo, causante de la neumonía entre otras enfermedades, y estaba produciendo la muerte de los internos.

Por fortuna, dice Guevara, en una visita de la ministra Varela los calabozos fueron descongestionados tras las denuncias del Observatorio y de otras ong de derechos humanos en la región.

No obstante, sigue emitiendo el alarma sobre la precariedad de la atención médica de muchos privados de libertad «porque el personal de salud no puede movilizarse ya que no hay efectivo, no consiguen combustible, hay muy poco transporte».

También refleja las dificultades que confrontan los familiares de algunos internos que viven fuera del estado Bolívar para trasladarse «ya que tienen que poseer un salvoconducto suministrado por la Zodi y tener suficientes recursos para proveerles a sus familiares alimentos y medicamentos».

Garantías que no está cumpliendo el estado venezolano en medio de estas circunstancias.

En cuanto a la situación de las causas procesales, Guevara recuerda que la ministra de Asuntos Penitenciarios, Iris Varela, concedió libertades bajo la figura del Régimen de Confianza Tutelada, previsto en el código orgánico penitenciario, a solo 120 privados de libertad del Internado Judicial de Vista Hermosa.

Sin embargo, «prometió estar en la cárcel de El Dorado, al sur del estado Bolívar, y la ministra no fue y no envió a su equipo a aplicar este régimen de confianza».

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Las mujeres están peor que los hombres

En torno a la situación de las mujeres privadas de libertad, el coordinador regional del OVP explicó que en Bolívar no existe una cárcel para estos fines que dependa del ministerio de asuntos penitenciarios.

Solo existe una comisaría adscrita a la Policía del estado Bolívar conocida con el nombre de Ramón Eduardo Vizcaíno.

Guevara confirma que en esta comisaría se encuentran detenidas 100 mujeres, a quienes se les vulnera el derecho, entre otros, a recibir la luz solar ya que se encuentran en calabozos con muy poca iluminación.

Por otra parte, son sus familiares los que deben garantizarles su alimentación. A veces reciben ayuda de parte de algunas iglesias evangélicas.

Las privadas de libertad muestran su preocupación por la paralización de sus procesos judiciales en virtud de que no se han realizado las audiencias preliminares, en unos casos, y las audiencias de juicio, en otros.

Otras damas esperan ser evaluadas por las mesas técnicas del ministerio penitenciario porque serían susceptibles de un beneficio procesal. Pero este procedimiento tampoco les llega.

Y Guevara concluye que la situación de las mujeres privadas es mucho más difícil que los hombres que se encuentran en esta condición.