La Unidad Educativa Colegio Hermana Felisa Elustondo de Fe y Alegría celebró, por todo lo alto, 28 años de entrega y servicio en la población de Tovar, en el estado Mérida.
Con emotivos actos culturales, religiosos y de reconocimiento, sumado a la inauguración de la pasarela del sector La Vega La Mata, San Francisco Bajo, que da acceso al centro educativo, personal docente, administrativo, obrero y los estudiantes se unieron para rememorar tan importante fecha.
Norma Contreras, directora del colegio, indicó que materializar cada espacio de estudio ha sido fruto del compromiso transformador de la Hermana Felisa Elustondo Olarra (fundadora del colegio) que, desde el Colegio Fe y Alegría Tovar, percibió la necesidad de atender a los campesinos de la zona.
“La búsqueda del lugar fue una tarea ardúa, en la que se conjugaron el deseo de ofrecer un espacio que fuera lo más parecido a la realidad de los campesinos del municipio Tovar, es decir, la compra del terreno pudo haber sido en un sitio fértil, de fácil acceso y un relieve adecuado. Sin embargo, nuestra fundadora consideraba la necesidad de aprender a producir en medio de realidades adversas, es así como se adquirieron los terrenos en el año de 1994 en la Parroquia San Francisco, Sector la Vega, a 15 minutos del centro de la población de Tovar, en el estado Mérida”, recordó Contreras.
La Hermana Felisa Elustondo no pudo ver la apertura de la escuela, pero sabía que sus sueños se llevarían a cabo gracias a la entrega de hombres y mujeres que se apropiaron de ese sueño y lo hicieron suyo.
“Ella falleció el 2 de noviembre de 1995, haciendo realidad el lema de su Congregación Hijas de Jesús: ‘El mundo es pequeño para mis deseos’”, rememoró la docente.
La escuela abrió sus puertas el 14 de octubre de 1996, y es hasta el 7 de marzo de 1997 cuando se inaugura formalmente, con una matrícula inicial de 74 estudiantes. Desde el principio, la escuela se caracterizó por querer unir el aula y el campo, el saber hacer y el conocer, con una visión agroecológica.
Inicio duro
“Los inicios de la escuela fueron duros, por todo el trabajo que acarrea fundar una institución educativa y al mismo tiempo fundar una finca, en unas condiciones que no eran las mejores. Los primeros jóvenes que ingresaron a nuestra escuela trabajaron con el corazón y abrieron caminos para emprender este sueño”, precisó la profesora.
El primer director fue Abdon Silva (1997 – 2001), quien junto a algunos jóvenes y personal comprometido harían las primeras construcciones, allí la escuela hecha sus raíces para quedarse en el Valle del Mocoties, bajo el movimiento de Fe y Alegría. Posteriormente, entre los años 2001 y 2008 llegó la profesora Gloria Vivas, quien desde Fe y Alegría Tovar, es enviada para seguir adelante con esta obra educativa. La escuela fue agarrando fuerza y culminó construcciones con el apoyo de proyectos financiados por donantes que buscó Fe y Alegría.
Entre los años 2008 y 2017 asumió la dirección del plantel también enviada desde Fe y Alegría Tovar, la profesora Yoleida de Oliveira, quien tenía un ardúo recorrido en el movimiento, pues estuvo varios años en El Masparro donde murió el Padre José María Vélaz. Durante ese tiempo se consolidó la escuela técnica con el proyecto Calidad Educativa.
En el año 2017 asume la gestión de esta escuela la profesora Norma Contreras, quien también venía del colegio de Fe y Alegría Tovar y del Masparro. Ya para ese año la zona se queda sin transporte público, se agudiza la situación económica del país, la escasez de la gasolina, la situación climática por la ubicación geográfica de la escuela y la pandemia. Todos estos aspectos hacen que baje la matrícula notoriamente, al punto de quedarse con pocos estudiantes.
“Esto hace que la escuela se reinvente en junio del año 2021 y 2022 y sale a las comunidades de San Pedro Tovar, asentándose en el sector de ‘Pata de gallina’, allí comienza una nueva historia para la Unidad Educativa Hermana Felisa Elustondo. Se sale caserío por caserío para buscar a aquellos niños que habían dejado de estudiar hasta 2 y 3 años, por el problema de la distancia, la gasolina, la situación económica y la falta de transporte”, precisó Contreras.
La directora junto con su equipo de trabajo, logró establecer los canales de comunicación para formalmente inscribir 11 estudiantes que iniciarían en el año escolar 2022 y 2023 con primer año. Ya para 2024 y 2025, se tienen 34 estudiantes entre primero, segundo y tercer año, colocando Fe y Alegría las condiciones necesarias para dejar huellas e incidencia en ocho caseríos de San Pedro.
Hoy la escuela cuenta con 71 estudiantes y poco a poco va creciendo, el centro educativo se organiza para egresar Técnicos Medios en Agropecuaria, Mención Ciencias Agrícolas y Pecuarias. Así se prepara jóvenes en competencias que se inserten en el campo laboral y que vayan a la universidad.
“Nuestra práctica pedagógica va desde el aprender haciendo, aprender a reinventar y aprender a emprender. Actualmente, contamos con líneas de producción que permite que esto se pueda lograr. Donde los estudiantes pongan en práctica sus conocimientos y los lleven a sus comunidades. Somos una escuela agropecuaria que está aprendiendo para ofrecer una mejor educación donde la productividad es clave para garantizar el éxito de nuestros estudiantes. Estamos convencidos que el cambio viene de adentro hacia afuera y si no cambiamos no lograremos nuestras metas, con un equipo comprometido con vocación de servicio y formándose cada día para lograr nuestros objetivos. Son 28 años transformando a través de la educación técnica de calidad”, cerró la docente.

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