¿A qué juega el nuevo pacto migratorio?

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Migración
Foto: agencias

Este viernes 10 de junio, en la culminación de la IX Cumbre de las Américas, 20 países firmaron la Declaración de Los Ángeles sobre Migración y Protección para regular, precisamente, la migración, que es un tema de prioridad en la agenda de los Estados del continente.

Ante ello, Radio Fe y Alegría Noticias en el programa De Primera Mano entrevistó a María Teresa Ureña, miembro de la Red de Jesuita para Migrantes (RJM) y también responsable del área de incidencia política, quien tiene un interés particular en este tema.

Ureña confesó que espera que este tipo de acuerdos tengan un impacto positivo entre las comunidades de acogida y la población migrante. Sin embargo, tiene un cierto criterio sobre el objetivo que buscan los Estados con este pacto.

¿Se podrá frenar la irregularidad?

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, afirmó que con este pacto se intenta frenar la migración irregular; así como también «detener las formas peligrosas e ilegales en las que está migrando la gente».

Ninguna nación debe asumir sola esta responsabilidad», dijo. «La migración ilegal no es aceptable, y vamos a asegurar nuestras fronteras», advirtió Biden.

No obstante, la migración irregular es la que más se está viendo en América Latina porque las personas salen de sus países en busca de mejor su calidad de vida, ya que en sus países no tienen las condiciones para vivir dignamente, refirió Ureña.

«En este momento hay varias crisis migratorias. No solo es el tema venezolano, también están las caravanas en Centroamérica. La migración no es necesariamente voluntaria. Las personas están saliendo en condiciones de vulnerabilidad», expresó.

Añadió que se debe entender que se habla de personas que no tienen los recursos para entrar a un país por la vía legal como pretende imponer Estados Unidos; así como también en los demás países con el sistema de visado.

Como ejemplo puso a Venezuela, que considera es el caso «más emblemático», ya que las personas, a veces, ni siquiera tienen pasaporte para salir del país. 

«Esta medida no se puede acoger con esa mirada que se le pretende dar de una migración ordenada, (porque) son personas que no tienen las condiciones para migrar de manera segura«, afirmó.

«Suena como una medida muy bonita, pero al final quienes pueden acceder a ello son pocas personas, precisamente por los perfiles que mencionaba», añadió. 

Ureño dejó saber que está de acuerdo con los problemas de la migración irregular. Sin embargo, considera que debe tratarse el tema con políticas de integración que apunten a la protección de las personas que se encuentran en máxima vulnerabilidad. 

«Encontramos perfiles de vulnerabilidad: niños, mujeres, personas (de la comunidad) LGBITQ+ que se exponen a más dificultades en el tránsito como xenofobia, discriminación, violencia física; extorsiones y muchas veces en los países de acogida esto no es reconocido. Por eso llamamos a los países a que tengan medidas de protección», indicó.

Asimismo, precisó que espera que la declaración «no quede en papel», sino que, de hecho, permita abrir escenarios de diálogos y de participación, en el que dicha participación «se traduzca a políticas mucho más acordes a la realidad de las personas».

La migración es positiva

La integrante de la Red de Jesuita para Migrantes aseveró que la migración tiene aspectos positivos para los países de acogida que deberían ser más visibles.

«La migración tiene un impacto positivo en las comunidades de acogida y no siento que son suficientemente valorados. ¿Quiénes fueron los esenciales en la pandemia?, los migrantes.  Aún así son los que menos derechos tienen», expresó.

También sostuvo que el papel de los medios debe ser visibilizar los aspectos positivos de la migración; y tratar de reducir los discursos de odio y xenofobia que, a su juicio, siguen calando. 

«La sociedad civil también juega un papel importante, hay que aprender que hoy podemos acoger y mañana estamos buscando ayuda en otro lugar», dijo. «Las comunidades que están en tránsito tienen mucho que enseñarnos y tenemos mucho que aprender de ello. Yo creo que ellos son un ejemplo de no perder la fe».

«Nuestro llamado es a la solidaridad, fraternidad, a la acogida; las palabras de la Iglesia Católica y el papa Francisco en sus cuatro verbos: acoger, proteger, integrar y promover, no es en vano. Es un llamado fuerte a poder caminar juntos», finalizó.

Escuche la entrevista completa con María Teresa Ureña en: