Ser un voluntario en Fe y Alegría EduComunicación es convertirse en corresponsable del derecho que tienen los jóvenes y adultos a recibir educación de calidad.
Desde hace casi 50 años, miles de personas pasan de forma cotidiana por los centros para que los participantes obtengan calidad pedagógica y académica.
Desde los inicios de la educación radiofónica, el voluntariado es el que sostiene el modelo asincrónico y mediado. En la actualidad, 249 colaboradores se articulan con el equipo docente para ofrecer un servicio a la altura de las demandas tecnológicas y del contexto.
Son ingenieros, periodistas, arquitectos, abogados, docentes y de múltiples disciplinas que comparten el ideario de Fe y Alegría y que se esmeran para transformar las vidas de las comunidades rurales, indígenas y urbanas en todos los rincones del país.
En este 5 de diciembre, el mundo celebra el Día Internacional de los Voluntarios gracias a una iniciativa de la Organización de Naciones Unidas que desde Fe y Alegría EduComunicación hacemos propia para reconocer y agradecer a todos y a todas las que se hacen corresponsables del bienestar de todos.
Una historia de todos los días
La misma historia de Fe y Alegría se traduce en voluntariado, de una inquietud y de la acción de una pareja preocupada por su entorno. Abraham Reyes y Patricia García fueron los primeros colaboradores de nuestra misión. A ellos se suman cientos de historias.
Antes, el Instituto Radiofónico Fe y Alegría vio germinar la semilla del voluntariado educativo a través de las clases radiofónicas. En esta fecha recordamos y agradecemos a quienes patearon la calle, los ríos, las montañas y los valles para hacer posible la alfabetización de los descartados. También, a quienes con el pasar de los años se sumaron a la causa ofreciendo competencias específicas para el desarrollo de programas y metodologías adaptadas a las demandas del Ministerio de Educación, todos hacemos posible el milagro educomunicativo de Fe y Alegría.
En los tiempos de limitaciones económicas el voluntariado recobra mucho más valor, demuestra que, hasta en las condiciones más precarias se puede seguir levantando la mano y diciendo: ¡Aquí estoy yo, cuenten conmigo!
Gracias por hacerse corresponsables del futuro de la ciudadanía, gracias por compartir su tiempo y sus saberes, sepan que su servicio hace que muchas personas puedan gozar de oportunidades y derechos que se alcanzan con el primero: el derecho a recibir educación, no importa dónde ni cuándo.
La educomunicación popular fue cosa de voluntarios
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