Por María Gómez | Radio Fe y Alegría Noticias.
San Felipe es un pequeño poblado ubicado en la parroquia San José del municipio Machiques de Perijá, en el estado Zulia, donde debido a la migración solo unas 20 familias permanecen en la zona. Y éstos, los pocos que se han quedado, afirman que pasan sus días entre la rutina, la resignación y la indiferencia de los entes gubernamentales.
Algunos consultados por Radio Fe y Alegría Noticias afirmaron que el vacío que ha dejado la ausencia de los seres queridos que se fueron retumba más cuando salen a las calles y no hay espacios recreativos o deportivos para distraerse.
La zona cuenta con un parque, una plaza y una cancha deportiva, pero estos espacios se encuentran en abandono.
Asimismo, al recorrer las calles se puede observar la falta de mantenimiento en áreas verdes y los aparatos de juego están deteriorados o destruidos, lo que representa un peligro para los niños que van a jugar durante las tardes.
La falta de iluminación también es un problema, ya que propicia el escenario para la inseguridad. De hecho, algunos padres no permiten a sus hijos ir a los parques por temor a que sean víctimas del hampa.
Sin risas, ni ruido
Hace dos meses, la gestión municipal hizo algunas mejoras de pintura, iluminación y limpieza de la maleza en la cancha. “Damos las gracias al alcalde porque después de muchos años se volvió a recoger”, comentó Nallibeth Sánchez, habitante de la zona.
Sin embargo, el espacio no cuenta con techado, ni bancas para sentarse, por lo cual no se pueden realizar actividades deportivas durante el día.
El momento más emotivo en la zona es durante las fiestas patronales, una vez al año. Luego de eso, se acaban las actividades recreacionales y continúa la rutina.
“Se debería recuperar la recreación. Ahorita los niños necesitan algo para que se entretengan, se relajen, liberen el estrés y puedan mantenerse en forma, mejorando así su calidad de vida. Queremos que se arregle el parque para que ellos tengan un espacio de bulla y de risas”, dijo Sánchez.
Otro de los motivos que les preocupa y los mantiene aislados es el mal estado de las vías hacia la comunidad: las calles están completamente deterioradas.
“La calle principal solía ser unas de las mejores. Ahora está en muy mal estado. Muchos políticos han hecho promesas, pero seguimos igual o peor que antes”, lamentó Luis Manolo González, habitante la zona.
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