El nigeriano Mohammed Barkindo, secretario general saliente de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), falleció el martes por la noche a los 63 años.
Una muerte inesperada que deja conmocionado a este cartel de países productores de crudo, en un momento de turbulencias en el mercado.
Barkindo ocupó un cargo que no tiene poder ejecutivo, pero si una función de representación de la organización.
También es el encargado de facilitar las discusiones entre países con intereses tan divergentes, como Arabia Saudita, Venezuela o Irán.
Fue bajo su mandato que esta organización de 13 países productores se asoció a otros diez exportadores, incluyendo a Rusia, para crear el bloque OPEP+.
“Hemos perdido a nuestro estimado Mohammed Barkindo”, tuiteó el presidente de la compañía Nigeria National Petroleum Corporation (NNPC), sin precisar las razones de su deceso.
«Se trata de una gran pérdida para su familia, la NNPC, nuestro país, la OPEP y la comunidad mundial de la energía», agregó el directivo, Mele Kyari.
La noticia se dio a conocer pocas horas después de una reunión en Abuya con el presidente nigeriano Muhammadu Buhari, que había destacado el «brillante trabajo» de Barkindo en la OPEP, donde «logró navegar en aguas turbulentas».
Entonces Barkindo parecía enérgico y sin ninguna señal aparente de enfermedad.
Una «conmoción»
Barkindo se formó como cientista político en Oxford y en Washington y a partir de 1992 ocupó diversos puestos en la petrolera nacional nigeriana, la NNPC, compañía que dirigió entre 2009 y 2010.
Fue nombrado delegado de su país ante la OPEP en 1986 y en 2016 se convirtió en secretario general de esta organización.
Ahora, terminaba su segundo mandato y en agosto iba a ser reemplazado por el kuwaití Haitham Al Ghais.
Con un talante gentil y siempre vestido con un cuello Mao era conocido por su sentido del humor y por citar en sus declaraciones a Shakespeare y Tolstoi.
Legado
Su gran legado es la articulación de la alianza Opep+ en un momento que este histórico cartel perdía influencia en los mercados frente a la irrupción de Estados Unidos, que inundó el mercado con el petróleo de esquisto.
Esta ampliación de la alianza permitió al cartel limitar la producción de crudo para hacer frente a la caída de la demanda por la crisis del covid.
Este esfuerzo logró frenar el desplome de los precios en los mercados en abril de 2020.
Desde el inicio de la guerra en Ucrania los precios están en una fuerte escalada.
Pese a las presiones de países consumidores, como Estados Unidos, para abrir el grifo y aumentar con contundencia la producción para bajar los precios, la OPEP+ mantiene su postura de subir la producción a cuentagotas.