El General Estadounidense Mark Milley consideró «un error» haber participado en la controversial caminata de Donald Trump a una iglesia cercana a la Casa Blanca el 1ero de junio.
«No debí haber estado allí. Mi presencia en ese momento y en ese entorno creó una percepción pública de que los militares estamos envueltos en políticas domésticas», dijo en unas declaraciones en video ante la Universidad Nacional de la Defensa.
«Como oficial activo y uniformado, fue un error del que he aprendido y del que sinceramente espero que todos podamos aprender», agregó.
Ese día, Milley apareció caminando uniformado junto al presidente de los Estados Unidos por la calle del frente de la Casa Blanca, para luego posar frente a una iglesia, Biblia en mano.
Minutos antes, Trump había anunciado su intención de usar a la Armada para controlar las manifestaciones. Un grupo de manifestantes pacíficos había sido dispersado de esa calle por la que caminó por un grupo de policías usando gases lacrimógenos y perdigones.
Junto a ellos también estaba el secretario de Defensa, Mark Esper, quien condenó los hechos y ordenó que «ningún militar fuera contra la gente«.
Esper aseguró que pensaba que su presencia era en el lugar era para controlar los daños y hablar con la policía, pero que no se esperaba una sesión de fotos.
