A juicio de Carlos Guadamuz, abogado del Colectivo de Derechos Humanos Nicaragua Nunca Más, está claro que lo que el régimen de Daniel Ortega busca es silenciar la voz crítica de la Iglesia, en una Nicaragua donde se han cerrado cada vez más los espacios de libertad.
Estos supuestos delitos que se le estarían imputando son absolutamente inexistentes. La acusación obedece a una estigmatización que está sufriendo la Iglesia católica desde 2018.
«La iglesia católica en Nicaragua cuenta con el respaldo de la población, cuenta con credibilidad. En estos momentos, a nivel nacional, quizás la institución única sólida que queda en pie es la Iglesia católica”, dijo al noticiero Contacto Sur.
“En estos momentos no existe un grupo de la sociedad civil que haya escapado de la persecución» afirma el abogado.
Lo dijo el Papa
El papa Francisco expresó este domingo su «preocupación» por las crecientes tensiones entre el gobierno de Nicaragua y la Iglesia católica.
El pronunciamiento de Francisco se da dos días después de la detención del obispo de Matagalpa, Rolando Álvarez, crítico con el presidente Daniel Ortega.
«Sigo de cerca con preocupación y dolor la situación creada en Nicaragua, que implica a personas e instituciones,» dijo el pontífice tras la oración del Ángelus.
Francisco expresó su «convicción y esperanza de que a través de un diálogo abierto y sincero se puedan encontrar aún las bases para una convivencia respetuosa y pacífica».
Voces oficiales
La vicepresidenta de Nicaragua y esposa del ex sandinista, Rosario Murillo, catalogó como «necesaria» la operación policial en la que se detuvo a monseñor Rolando Álvarez, obispo de la Diócesis de Matagalpa.
Murillo justificó la actuación de la Policía nacional contra el obispo después de que supuestamente esperó «con paciencia, prudencia, respeto y sentido de responsabilidad» algún gesto del religioso.
Los hechos
Rolando Álvarez, crítico del presidente nicaragüense Daniel Ortega, fue detenido el viernes 19 de agosto y trasladado a su residencia familiar en Managua donde permanece privado de libertad, en el último episodio del enfrentamiento entre el gobierno y la Iglesia católica.
La Policía precisó que tomó la decisión de trasladar a Álvarez debido a que persistía en sus actividades «desestabilizadoras y provocadoras».
