Henrique Capriles propone escuchar a la gente primero

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En una especie de respuesta a la convocatoria que días atrás le hiciera, junto a otras líderes políticos y sociales, el diputado Juan Guaidó a construir un plan de cambio en el país, el principal dirigente de Primero Justicia Henrique Capriles hizo del conocimiento público una serie de consideraciones en un documento que tituló «A NUESTRA VENEZUELA SOBRE LA UNIDAD Y LOS TIEMPOS POR VENIR».

Entre los primeros planteamientos que Capriles hace destaca que la unidad, como herramienta estratégica y social, no es un fin en sí mismo sino un medio para obtener un logro superior. En este caso sería para propiciar los anhelados cambios en Venezuela.

Por esta razón insiste en que la UNIDAD de la cual hoy en día se habla desde la oposición debe dirigirse a sacar a nuestra Venezuela de la pandemia, del hambre, de la destrucción, de la corrupción, de la autocracia, de la indolencia, de la fantasía».

El también ex gobernador de Miranda es del criterio que los llamados a la unidad que se han hecho últimamente se han quedado «vacíos» porque no se han establecido procesos de escucha con la gente «en especial con las grandes mayorías que sufren los embates de la pobreza, hoy en los niveles más altos de nuestra historia» y

En ese sentido, cuestiona que este tipo de convocatorias suelen quedarse en acuerdos que «se pacta entre unos políticos solamente».

Sus cinco propuestas

Pese a sus observaciones, Capriles se atrevió a plantear cinco líneas de lo que considera debería ser una «hoja de ruta» para ponerle finiquito a la compleja crisis que vive Venezuela en todos los órdenes.

Aclara que siempre «he apoyado y luchado por la unidad: incluso me ha correspondido representarla, siempre pensando en los venezolanos».

Por tanto, desestima que se le identifique con una tendencia de la oposición que establece «mesas de diálogo» con el oficialismo.

1. Su primera propuesta es que que la ruta inmediata es la de escuchar a la gente. A quienes son maltratados, a quienes padecen la pobreza, a quienes están enfermos, a quienes no tienen comida en su nevera, no les llega agua corriente, no tienen electricidad ni gas doméstico.

Agrega que se debe escuchar a los trabajadores, a los gremios de la salud, de la educación, del transporte.

Igualmente escuchar a los empresarios, «que, a pesar de estar casi sin ingresos, pagan hasta diez veces más que el salario mínimo que paga el régimen».

Llama a la clase política y dirigencial a escuchar al pueblo, «en lugar de conformarnos con oírnos entre nosotros mismos, repitiendo una y otra vez las mismas ideas».

Cree que sólo así se le podrá proponer al país medidas concretas, realistas y posibles como verdaderas opciones para salir de la crisis.

2. En su segunda propuesta es radicalmente crítico con algunas acciones de presión que se han venido llevando desde varias instancias contra el gobierno de Nicolás Maduro.

En este punto cuestiona que «quedarnos sin gasolina no afecta a Maduro ni a su cúpula, sino a quienes tienen que llegar a los hospitales en ambulancias sin combustible, a los camiones que trasladan alimentos y medicinas, a médicos y enfermeras que tienen que llegar a su destino o más nadie atenderá a nuestros enfermos.

Fustiga los «ingenuos» que creen en este tipo de situaciones y exhorta a que «no tapemos el sol con un dedo: la gente con plata y quienes pueden conseguir dólares al final siempre resuelven, pero no son la gran mayoría. El Pueblo siempre ha terminado siendo el más afectado por la dinámica de «ensayo y error» de quienes tienen como prioridad su propio beneficio y no el del país».

3. En el tercer renglón de sus propuestas toca el delicado asunto de la rendición de cuentas de capitales que han logrado gestionar desde el exterior.

Cree que los recursos que tiene la Nación en el exterior tienen que usarse con criterio y de forma transparente, de manera que la OPS o cualquier otra organización reconocida permita adquirir pruebas para el diagnóstico del COVID-19, además de respiradores, equipos de protección para los trabajadores de la salud, dotación de hospitales y todo lo necesario para salvar vidas venezolanas.

También se atreve a proponer un activar apoyos para al menos seis millones de familias, con un bono de cien dólares mensuales.

4. El cuarto punto toca el tema electoral. Polémico por demás en este asunto, Capriles Randonsky señala que aunque reconoce que el evento programado para el 6 de diciembre con la finalidad de renovar la Asamblea Nacional está montado para favorecer a los candidatos del oficialismo, también alega que «un evento electoral siempre puede convertirse en un hecho movilizador que permita al país reencontrar el camino de la política, estando conscientes de que lo primero es la vida de los venezolanos que se enfrentan en terribles condiciones a la pandemia».

Con esta premisa se alinea a lo planteado hace dos semanas atrás por la Conferencia Episcopal Venezuela cuando en un documento sentenciaron los obispos que abstenerse no es suficiente en estos momentos de crisis.

El ex canidato presidencial añade que si la situación del Covid-19 sigue empeorando el deber ser es que se busque posponer dicho evento hasta el primer trimestre del 2021 y/o la fecha que no exponga a la gente.

Si la situación fuera contraria, de una pandemia en control, en el camino al 6D se lucharía por condiciones mínimas que le permitan a los venezolanos expresarse».

Desde esta perspectiva para él es un falso dilema votar o no, el verdadero dilema es luchar o no. Y en esa línea invita a no abandonar la gesta electoral por reconquistar los espacios políticos y legislativos del parlamento nacional.

5. Cierra Capriles alertando que no se puede seguir ocultando la verdad. En una dosis de realismo indica que, quiérase o no, Maduro está en el poder, y no la oposición política.

Alusión clara y directa a Juan Guaidó quien sigue refiriéndose como presidente interino de Venezuela con el aval de más de 60 países.

Por eso apuesta a no seguir alimentando fantasías y poner los pies sobre la tierra porque de seguir en esa onda»lo único que generan es más frustración y desconfianza en los venezolanos».