El suceso trágico ocurrió en dos bares de pipas de agua de la ciudad de Hanau, en Alemania.
El atacante, un ciudadano alemán de 43 años llamado Tobías Rathjen, irrumpió el miércoles 19 de febrero a las 10 de la noche a un bar de la localidad que es frecuentado por extranjeros. Una vez dentro, abrió fuego a los presentes, sin un blanco en específico.
De inmediato, el hombre viajó a un segundo bar, en el cual también disparó.
Más tarde, agentes de las fuerzas especiales identificaron el vehículo usado por el sospechoso y entraron al domicilio frente al cual se encontraba, hallando el cadáver del homicida al arma utilizada en el crimen. Aparentemente se trató de un suicidio.
En el lugar, también yacía muerta su madre, de 72 años.
De acuerdo con la fiscalía, se trata de un ataque ultraderechista con motivaciones de odio, esto debido a que las autoridades localizaron un manifiesto con «ideas profundamente racistas».
Además del manifiesto, la policía encontró otras dos pistolas y un video en el que menciona distintas teorías conspirativas que involucran a ciudadanos extranjeros. Cinco de sus víctimas eran provenientes de Turquía, según confirmó la embajada de ese país.
«El racismo es veneno. El odio es un veneno que existe en nuestra sociedad y es culpable de muchos crímenes», dijo con respecto al crimen la canciller alemana, Ángela Merkel.
Mientras tanto, El vicecanciller alemán, Olaf Scholz, pidió que se tomen acciones políticas ante lo ocurrido.
“Nuestros debates políticos no pueden obviar el hecho de que hay terrorismo de ultraderecha en Alemania 75 años después de la dictadura nazi», exclamó.
