Hablar de los 70 años de Fe y Alegría es hacer mención a hombres y mujeres que dedican alma, vida y corazón, a veces con locura, como dicen los poetas. Tal vez, este sea el caso de Manuel Montilla, nacido en Niquitao, tierra legendaria y de sueños emancipadores en las montañas trujillanas.
Con 29 años al servicio de las comunidades con Fe y Alegría, inició en Mérida donde logró, junto a otros, la misión de abrir la primera emisora de radio comunitaria en El Pedregal. También, los centros educativos en lugares recónditos de la Mérida de fines del siglo XX, en compañía de un equipo humando que creyó, como el padre Vélaz hace 70 años, cuando aseveró que la educación está en el campesino, el apartado de las injusticias sociales y el desfavorecido.
Manuel Montilla, con canas y con avanzada edad, reflexiona sobre el legado de este movimiento educativo y promoción social en el país, afirmando: “somos esperanza y luz para esta Venezuela que por momentos está triste y sin ilusiones; la educación social de Fe y Alegría es un sello de amor, es un servicio como cristianos e hijos de Dios”.

¿Cómo llegó a Fe y Alegría?
Montilla arrancó en el Instituto Radiofónico Fe y Alegría, hoy Fe y Alegría EduComunicación, cuando era empleado del Banco de Venezuela en Caracas, en un momento donde él andaba en búsqueda de hacer cosas por la gente, que llenaran el espíritu de joven soñador de un mundo mejor.
Es aquí donde hizo caso de amigos que le pasaron el dato que los sábados “unos locos daban clase en los barrios caraqueños” y es así cuando Manuel Montilla empezó el camino como voluntario, pasando por promotor, director regional de la Zona Andes y hoy miembro del equipo de Boconò, Trujillo, el cual fundó hace 25 años.
“La vida misma viene dando cambios”, con esas palabras el profesor indicó que las generaciones y procesos son diferentes. Hace 29 años atrás eran otros estudiantes, la economía ayudaba y el país empujaba a concretar metas. Hoy es reinventar con lo poco, con la desilusión de los jóvenes y el avance tecnológico que por momentos parece arropar la esencia humana; de esta maneara Manuel Montilla vive la actualidad dentro del movimiento que cumple 70 años.

Los errores o fallas de Fe y Alegría
“Todo pasa por ensayo y error, cada decisión deja aprendizajes que pueden salir bien o mal, pero nunca de mala fe, ni apostando la destrucción del movimiento. El corazón con los 3 niños es un modelo para Venezuela que se posicionó como una marca social de por vida y al igual que la gente, pasamos por altas y bajas, las cuales pueden estar en el radar de críticas, pero aquí seguimos de pie al lado de ese niño, joven, y adulto que nos pide continuar a su lado en momentos de oscuridad”, apunta Montilla con su sonrisa característica.
El hijo de Niquitao describe su vida con mucha fe y alegría, como el movimiento que lo llevó a crecer como profesional y persona. A pesar de errores y fallas, nunca perdió su esencia por la educación venezolana, señaló a Radio Fe y Alegría el hoy promotor educativo de Boconó, en su estado natal Trujillo.
Entre lágrimas y sentimientos, Manuel Montilla celebra los 70 años de Fe y Alegría, el cual siente como parte fundamental de su vida, además de festejar los 25 que cumplirá la extensión Boconó, donde hace vida cotidianamente, rodeado de jóvenes y adultos que convergen en el sueño de seguir creyendo en la educación como un preciado valor para el crecimiento de esta Venezuela ávida de la chispa y amor que entregó el Padre José María Velaz el 5 de marzo de 1955 en un barrio de Carcas, como lo hiciera el profesor Manuel Montilla cuando se unió a los locos que daban clase los sábados.
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