Ante las exigencias que el presidente de la República Nicolás Maduro le hiciese a los obispos venezolanos a que cedieran los templos católicos para albergar a pacientes de Covid-19, el obispo de la Diócesis de San Fernando, Alfredo Torres, respondió que esas edificaciones siempre han estado al servicio de los más necesitados.
Según el prelado, la disponibilidad de los templos e instalaciones parroquiales de la Iglesia venezolana no ha sido solamente usadas para celebraciones litúrgicas sino también para prestar servicios de diferente índole social y pastoral a las comunidades donde están enclavados.
Por tanto, para el obispo de la capital de Apure la demanda del mandatario nacional «es como llover sobre mojado».
Sin embargo, aclaró, en nombre de la Conferencia Episcopal Venezolana, que se mantendrán las iglesias cerradas «porque somos concientes que debemos contribuir a minimizar los riegos de contagios evitando, en nuestro caso, abrir los templos para que no haya congregación de personas».
La principal autoridad eclesiástica del bajo Apure advirtió que «no vamos a ser irresponsables para permitir que se utilicen los templos porque no son aptos para estas finalidades que se pretenden imponer».
Por otro lado, Torres Rondón señaló que mucho antes de esta pandemia la Iglesia católica ya venía disponiendo de estos espacios físicos para la implementación de programas de atención en materias de salud (con medicinas y consultas), alimentación (con combos nutricionales y ollas solidarias) y educación (con talleres, cursos de formación y tareas dirigidas) a través de Cáritas, congregaciones religiosas, asociaciones civiles, grupos juveniles y de apostolado.
«Por tanto, para nosotros esto no es nuevo…estas instalaciones son del pueblo y siempre han estado a su servicio».
