Uno de los primeros dirigentes políticos que ha «saludado con beneplácito» la decisión del máximo tribunal de Venezuela en el nombramiento del nuevo Consejo Nacional Electoral este viernes 12 de junio fue el diputado a la AN Timoteo Zambrano.
El parlamentario aseguró en su Twitter que en la “mesa de diálogo” con el gobierno han buscado acuerdos parciales, como lo decidido este 12 de junio.
Zambrano manifestó su seguridad de que este tipo de acciones generarán una “solución pacífica” de la crisis venezolana.
Otra de las voces que se ha pronunciado al respecto es Henri Falcón, excandidato presidencial y quien dirige a Avanzada Progresista. Aseguró que tras esta nueva directiva ahora lucharán “por las condiciones” electorales.
Falcón agregó que reconocía el trabajo de la mesa nacional de diálogo que desde septiembre de 2019 negocia con la administración de Maduro.
“Aplaudo la valentía y la firmeza de la mesa nacional de diálogo, para enfrentar la irracionalidad, los ataques permanentes y abrir el camino a una salida a la crisis política”, agregó.
Avanzada Progresista junto al MAS, Cambiemos, Soluciones y Esperanza por el Cambio solicitó el pasado 4 de junio que el TSJ declarara la omisión legislativa de la Asamblea Nacional (AN) en el nombramiento de los rectores del Poder Electoral.
Un día después la Sala Constitucional avaló esta petición y asumió la designación de los rectores que dio a conocer este 12 de junio: Indira Alfonzo (presidenta), Rafael Simón Jiménez (vicepresidente), y Tania D’ Amelio, Gladys Gutiérrez y José Luis Gutiérrez como rectores principales.
Por su parte, el expastor evangélico y presidente de Esperanza por el Cambio, Javier Bertucci, aseguró que tras la designación de estos rectores “hemos acordado mejores garantías y condiciones para las próximas elecciones parlamentarias”.
Estas organizaciones de la minoría de oposición desconocen a Juan Guaidó como presidente de la Asamblea Nacional y rechazan las acciones que realiza al frente del Parlamento y como presidente encargado de Venezuela, como lo reconocen 50 países de la comunidad internacional.
Los dirigentes de estos partidos políticos han accedido desde hace meses a sentarse a negociar con el chavismo en una instancia que anecdóticamente ha sido llamada en el país como «la mesita», ya que se considera que no es una representatividad legítima de la oposición política venezolana.
