La geóloga Luiraima Salazar asegura que en Las Tejerías lo que ocurrió fue un desplazamiento de escombros, conocido como “aludes torrenciales”.
“Yo le llamo flujo de detrito de escombros que es una masa compuesta por lodo, arena, rocas, materia orgánica, incluso gases, que descienden de forma abrupta desde las partes altas de la cuenca. Por efecto de la gravedad, bajan de forma muy rápida y llega hasta las zonas de menos pendiente”, explicó este jueves 13 de octubre la especialista al programa Claro y Raspao, transmitido por Radio Fe y Alegría Noticias.
En una conversación vía telefónica, Salazar agregó que estos flujos de detritos son originados por la saturación de toda la columna sedimentaria que está alojada en las laderas de las montañas. En esas zonas de fallas o de debilidad, rompe la resistencia al corte y por gravedad toda esa masa compuesta desciende.
“Este movimiento se genera cuando se perturba la estabilidad natural de esas pendientes y se produce toda esta mescolanza. Por eso es que vemos la fuerza. La cantidad de árboles que han llegado hasta abajo es producto de ese desgarre que hay en las laderas de la cuenca hidrográfica que alimenta a la quebrada Los Patos”, argumentó.
El terreno en Las Tejerías se saturó
En cuanto a las condiciones del terreno, dijo que es posible que luego de tantas horas de lluvia el suelo se fue saturando de agua, lo que produjo el desgarre.
“Cuando ves los desgarres que hay en las montañas que colindan te das cuenta de que ese evento fue profundo, de magnitudes bastante considerables. Es probable que sencillamente haya habido zonas de debilidad como fallas. Que el agua haya sobresaturado, no solamente la carga sedimentaria, sino que además haya filtrado las zonas de debilidad y eso haya provocado esos grandes deslizamientos que vemos en las imágenes aéreas”, indicó la geóloga.
Tragedia de Vargas: 40 veces peor
Salazar cuenta que este deslave en Las Tejerías, estado Aragua, fue el mismo evento que ocurrió en Vargas en 1999, solo que este último fue mucho mayor.
“En Vargas ocurrió lo mismo que en esta quebrada, pero 40 veces más. Hubo más conos de eyección que se formaron y llegaron incluso hasta ganarle espacio al mar”, resaltó.
Alertó que hay personas que regresaron a habitar las zonas desalojadas en La Guaira por el deslave de 1999. Por esta razón habría que hacer un proceso de reflexión colectiva para que esto no ocurra.
“Estos eventos son cíclicos: haya o no haya casas va a ocurrir. Si no hay casas, serán menos víctimas que lamentar porque finalmente lo que mata de estos eventos no es el evento en sí mismo, sino la infraestructura en zonas geológicamente inestables, en llanuras de inundación”, afirmó.
Insistió en que las personas deben respetar los causes de los ríos, en las laderas de las cuencas hidrográficas. “Es un proceso de planificación en base al riesgo geológico y planes de mapas de susceptibilidad para que este tipo de eventos, que igualmente pueden ocurrir, no se traduzcan en víctimas fatales”, sentenció.