Espiritualidad. Sábado 07 de noviembre de 2020.
Por Antonio Pérez Esclarin.
Un corazón liberado
Si no queremos entrar en una espiral de violencia, que nos arrastre a todos y siembre al país y al mundo de destrucción y muerte, debemos abocarnos todos a construir la paz.
Para ello, tenemos que comenzar desarmando los corazones, que están demasiado llenos de rabia, rencor, odio, prejuicios y violencia. La lucha por la paz y la justicia debe comenzar en el corazón de cada persona.
Ser pacífico o constructor de paz, no implica adoptar posturas pasivas ni ser sumiso, sino comprometerse y luchar sin violencia por la verdad y la justicia. No seremos capaces de romper las cadenas externas de la injusticia, la violencia, la miseria, si no somos capaces de romper las cadenas internas del egoísmo, el odio, el desprecio, la mentira, la venganza que atenaza los corazones.
No derrotaremos la corrupción con corazones apegados a la riqueza y al tener, no construiremos participación y democracia con corazones esclavos del poder, no construiremos una Venezuela fraternal con corazones llenos de odio y de violencia.
Con tu presencia Señor, saldremos fortalecidos.