Una Palabra Oportuna No. 763

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Oración de la mañana. Jueves 19 de noviembre de 2020.

Por Herlinda Gamboa. Voz Julitze Maryurel.

Cafecito de la esperanza

Señor Jesús, es conmovedor verte llorando. Lloras por la ceguera de Jerusalén, que no era capaz de reconocer todo lo que Dios le estaba ofreciendo. La ciudad no tenía paz, pero tampoco podía descubrir cómo conseguirla. Por eso con las lágrimas en tus ojos, haces un último intento para mover los corazones: “¡Si entendieras siquiera en este día lo que puede darte paz!”. Algo semejante te puede ocurrir frente a cada uno de nosotros cuando ves que no reconocemos la visita de Dios y nos empeñamos en encerrarnos en la tristeza, en el resentimiento, en los lamentos.

Tú sigues allí, estás junto a nosotros para enseñarnos el camino de la paz. ¡Cuánto nos amas! Este es uno de los trozos del Evangelio donde mejor descubrimos la grandeza de tu corazón humano, siempre capaz de estremecerse ante nuestra miseria. Sentir compasión y buscarnos para sanar con cuidado y ternura nuestras heridas.

Hoy, el canto y la danza en torno a Jerusalén nos une como humanidad, en esta hora de nuestra historia marcada por la violencia y el dolor nos sentimos hermanos y bailando suplicamos a una sola voz en todas las lenguas del mundo que reine la paz y la justicia.

Danos tu amor y gracia que eso nos basta. Amén. PAZ Y BIEN.

Con tu presencia Señor, saldremos fortalecidos.