Oración de la mañana. Martes 24 de noviembre de 2020.
Por Herlinda Gamboa. Voz Julitze Maryurel.
Cafecito de la esperanza, La siega y la vendimia
Señor Jesús, estos días de final del año litúrgico tu palabra nos presenta los símbolos para reflexionar y comprender las exigencias del juicio de Dios. No sabemos la hora de partir de este mundo, algún día daremos ese paso, lo importante es estar preparados, como los ciento diecisiete mártires vietnamitas de los siglos XVII y XVIII que recordamos hoy. Nuestras obras se expondrán a la Luz. Lo que contará es el amor, que se “medirá” en la balanza, será “pesado” y entonces se verá con claridad si podemos participar del “banquete”.
Es tiempo para animar, estimular, la certeza que nos recuerda que somos peregrinos, estamos de paso, es necesario trabajar con generosidad y vivir con intensidad. En nuestro café meditamos la visión de Dios que nos ofrece el libro del Apocalipsis. Nos viene bien una dosis esperanzadora de realismo. En tu Evangelio le quitas importancia a la belleza del templo, a la “calidad de la piedra y los exvotos” porque es efímera, porque algún día desaparecerá, porque no es eterna. La belleza que importa y permanece es otra. La apuesta importante y decisiva es por lo que permanece. Hay muchas señales muy espectaculares, sólo el buen fruto se cosechará.
Nos llamas a ser fértiles, a tener nuestras manos llenas y cuando llegue el momento mostrarlas llenas de satisfacción por el deber cumplido, amar y darlo todo allí donde y con quien nos “tocó” vivir. Aprovechemos el tiempo que se nos regala cada día, no sabemos cuánto nos queda.
Danos tu amor y gracia que eso nos basta. Amén. PAZ Y BIEN.
Con tu presencia Señor, saldremos fortalecidos.