Estas fueron las palabras de cierre de José David González, coordinador del Comité de Derechos Humanos de la Guajira, en su conversación con Radio Fe y Alegría Noticias este lunes 12 de octubre.
Pero este final es el punto de partida que sirve para explicar qué es lo que ha venido sucediendo en zonas como Paraguaipoa en los últimos días.
Desde la organización que dirige, que ya se pronunció formalmente contra estos abusos y represiones militares, eleva una voz de denuncia y también de llamado a la unidad y a la reconciliación.
González es de lo que cree que en este momento «Venezuela necesita una reconciliación profunda entre todos nosotros».
El comité ha venido documentando totas estas situaciones en la Guajira desde el año 2010. En el trabajo de documentación que llevan hasta la fecha, cuentan 26 muertos, 73 heridos, 23 torturados, centenares de detenidos y varios allanamientos a casas y residencias.
Todo esto producto de las arbitrariedades cometidas por las autoridades militares, principalmente, y también por las civiles que han pasado por la Guajira en la última década.
El activista admite que es verdad que «el Estado ha reconocido nuestros derechos, tenemos un capítulo completo, el 8, en la constitución para los pueblos indígenas». Pero se queja porque en la práctica el Estado venezolano «nos ha dejado sin garantías, sin su protección».
Revela, en ese sentido, que todavía el Estado mantiene una gran deuda con los pueblos indígenas. Y es la referente a la demarcación de los territorios ancestrales. Este derecho aparece en la carta magna de 1999 pero nunca se ha cumplido.
Un llamado fuerte al Defensor del Pueblo
Le hace un llamado contundente a todas las autoridades nacionales tanto del ejecutivo así como a la fuerza armada nacional, ministerio público y poder judicial.
Pero su exigencia la enfocó hacia el Defensor del Pueblo Alfredo Ruiz. Le demanda a que como responsable de ese organismo, defensor de los derechos humanos, «dicte medidas y active mecanismos para defender a todos los pueblos indígenas de Venezuela».
También su exhortación va dirigida a la Asamblea Nacional, en sus respectivas comisiones que tienen que ver con esta materia.
El ámbito internacional también ha recibido peticiones del comité de derechos humanos de la Guajira. Entre ellos están el Relator de la ONU para pueblos indígenas y el Alto Comisionado para los Derechos Humanos de Naciones Unidas.
A estas instancias González solicita que se pronuncien y actúen a favor de los pueblos originarios de toda Venezuela, no solo del pueblo Wayúu.
Que se vayan los militares de sus territorios
En ese tono también exige de inmediato la desmilitarización de los territorios indígenas de esta región zuliana y que se respete las costumbre y el modo de vida de estas personas. Entre esos elementos solicita que se respete a las autoridades indígenas.
De la alcaldesa de la Guajira, Indira Fernández, no tiene gratos recuerdos. Sobre ella reveló que el 7 de octubre, día de la represión, apareció en Paraguaipoa «para un mitin político…no se reunió con los manifestantes… no escucha el clamor de los habitantes».
Deplora que las autoridades civiles y militares guarden «un absoluto silencio ante estos graves hechos violatorios de derechos humanos».
Destaca que la protesta pacífica por servicios esenciales como agua potable, comida, electricidad y gas doméstico, entre otros, también es un derecho constitucional que no puede ser reprimido.
Ante lo que ocurrió en Paraguaipoa la semana pasada «nadie del gobierno nos ha contactado para conversar».
Sobre los 3 jóvenes detenidos en esa ocasión señala que «andaban desarmados… solo cargaban una pancarta reclamando servicios públicos».
A los muchachos el MP les imputó los cargos de obstaculización de vía pública e instigación al odio.
Desde marzo de este año y hasta la fecha se han registrado 20 protestas en Paraguaipoa «por el mismo tema de los servicios públicos…sobre todo el de la electricidad…hay constantes apagones…fíjese que hoy es 12 de octubre y la radio de Fe y Alegría, que está cumpliendo 22 años, está fuera del aire porque no hay luz».
Remata animando a que «como pueblos indígenas es momento de levantarnos y demandar de manera contundente todos nuestros derechos».
Aunque reconoce que «la gente tiene mucho miedo de salir por temor a que lo detengan».