El beato José Gregorio Hernández, conocido como el “médico de los pobres”, es recordado hoy a los 102 años de su muerte, tras ser atropellado un 29 de junio de 1919 en una calle de la caraqueña La Pastora.
En su nombre celebraron los feligreses su beatificación, que fue anunciada el año pasado por la Conferencia Episcopal Venezolana, luego de que el Papa Francisco reconociera que el médico venezolano “es una bendición especial de Dios para Venezuela”.
Un hombre para recordar
José Gregorio Hernández robó el corazón de los venezolanos con su labor y servicio para atender a pacientes de bajos estratos económicos.
Se destacó también como científico y profesor, pero sobre todo como un fiel creyente de Dios. Tenía 55 años cuando se despidió repentinamente de este mundo.
Nació en Isnotú, una localidad del estado Trujillo, en 1864, y murió atropellado un día como hoy en 1919 en una de las calles de La Pastora, al momento cuando salía de una farmacia en donde compraba una medicina para uno de sus pacientes.
Fue desde ese momento cuando comenzó la devoción al llamado «médico de los pobres» y a circular testimonios que ratifican haber presenciado sus milagros.
Tras largos años de luchas para su beatificación, finalmente se comprobó el primer milagro el 9 de enero de 2020 en la niña Yaxsuy Solórzano y fue confirmado por la iglesia católica el 30 de abril de este año.
Más de 40 países han solicitado las reliquias de José Gregorio Hernández, informó el Cardenal Baltazar Enrique Porras.
La iglesia católica continúa trabajando para llevar al médico a la santificación. Para ello se necesita comprobar otro hecho milagroso o recurrir a una vía de excepción avalada por el Papa Francisco, que consiste en la petición de al menos 3 países de la canonización en virtud de que testimonian que el beato también ha hecho milagros en sus comunidades.
