Una de las dimensiones que trabaja el Observatorio de Universidades es el bienestar psicológico de los estudiantes, profesores y obreros universitarios que, según su director Carlos Meléndez, se mide en las condiciones de motivación y salud mental que tienen.
Meléndez dijo que más allá de las cifras de deserción y ausentismo, han podido identificar desde el 2018 que 3 de cada 10 estudiantes ha pensado dejar la universidad.
“Es una situación que se ha repetido en los diversos estudios desde el año 2018”, dijo Meléndez al programa En Este País de Radio Fe y Alegría Noticias. “En la última encuesta los estudiantes dijeron que se sienten poco o nada motivados para retomar sus estudios”.
“Hay escuelas en el estado Lara donde hay programa de formación de pregrado con 60 o 40 por ciento de deserción. Y no solo se produce por estudiantes que van a migrar, sino también para realizar otras actividades que les permitan aportar en la economía del hogar”, añadió.
No pudieron regresar
Aunque Meléndez afirmó que la crisis universitaria se viene profundizando desde el 2013, señaló que empeoró con la llegada de la COVID-19.
“Un grupo importante de profesores y estudiantes no se pudieron incorporar por no tener computadoras, internet o servicio público de calidad como electricidad”, indicó.
En ese sentido, aseguró que se ha generado grandes desigualdades entre profesores y estudiantes del sector privado que pudieron adquirir tecnología para dar clases durante la pandemia, y los del sector público que no pudieron hacerlo.
“La mitad de los profesores y estudiantes de universidades públicas no han podido arrancar clases”, sentenció Meléndez, quien añadió que esto se debe en parte a la poca coordinación por parte del Gobierno de Venezuela para garantizar calidad académica.